SALA ARGENTINA. El año que casi acabamos yonkis

TENIAMOS PILDORAS EN NUESTROS BOLSILLOS Y LAS IBAMOS A USAR.... A CONCIENCIA
Años 90, barrio madrileño de San Blas, lugar, la que en un tiempo no muy lejano era templo del metal de barrio, la sala Argentina.
En Euskadi la Martxa eta Borroka estaba casi olvidada pero en la capital apenas habíamos tenido acceso a ella si no emigrábamos a tierras del norte y en la mínima oportunidad que se nos presento... la aprovechamos.
Todo empezó con la visión comercial de los propietarios de la sala y algún visionario que se empezaba a meter en el negocio discográfico (del que luego sacaría amplio beneficio con uno de sus aciertos):


Empezaron a montar festis con un par de bandas de aquí y de allá que bien podían ser madrileñas, alguna catalana, otras de la Euskadi más rockera que reivindicativa o alguna allende los pirineos con mayor o menor respuesta por parte de la audiencia, pero lo que empezó a marcar la diferencia fue el desfile de bandas vascas que sábado si, sábado también se presentaban para ver como la sala se petaba de chavalas y chavales dispuestas a bailar hasta el amanecer.

Por ahí se pasaron bandas que ya estaban editando discos de menor valía o que empezaban a irrumpir con fuerza. Se pudo ver a Zer Bizio? que no contentos con reventar la sala un día, se volvieron a presentar menos de un mes después para repetir la hazaña, Vómito, Putakaska (en un concierto entre semana con escasa afluencia de público), MCD (pedazo de concierto dieron presentando 'De ningún sitio a ninguna parte'), Potrotaino, Baldin Bada, Tijuana In Blue (sin escroto, para disgusto de los fans), Quemando Ruedas, Soziedad Alkoholika o los sevillanos Reincidentes que ya eran medio vascos, como si fuesen de Bilbao (nacemos donde queremos).


El ritual se repetía sistemáticamente, te veías en el bar de cabecera de tú barrio, realizabas el aprovisionamiento para esa noche, te alimentabas bien por que no solo de twist se vive y con una garrafa de tinto con casera te dirigías a la boca de metro para empezar la peregrinación ya que en el caso de la que esto suscribe, nos pillaba a tomar por culo.
Por esa época era sencillo adquirir productos farmacéuticos vía receta falsificada y en nuestro caso, el facilitador nos proporcionaba Dexedrina Spansuls 15 mg a 500 ptas. la unidad (tres pavetes de los de ahora) y dependiendo de la tolerancia de cada persona, se adquirían una o varias, pero podemos dar fe que con una ibas más que servido.
Primer transbordo y la garrafa ya va por la mitad y un cosquilleo te recorre la espina dorsal. Para el segundo y definitivo transbordo ya solo queda un culin de tintorro y la verborrea esta más que instalada en nuestros cerebros y tenemos que apaciguarla echando humo en los vagones, si en esa época, a pesar de la prohibición, se fumaba en el metro.
Llegamos a la sala y ya solo piensas en el R&R, todo estorba, dejas la chupa en el ropero y vas camino de la primera fila de la que solo te alejaras para aprovisionarte de más priva o ir al aseo. Terminara el concierto y seguirás bailando, la gente abandonara la sala y seguirás bailando, cerrara el metro y seguirás bailando hasta que se agote la batería y empieces el regreso al hogar en autobús nocturno (el N2) que bajara a toda pastilla y os hará pensar que quizás hubiese sido buena idea esperar a la apertura del metro.


Duro un año, no más, lo que afortunadamente hizo que nos olvidásemos de esas pastillas con bolitas de colores  anaranjados (no sin añoranza) y que no hiciese falta acudir a ningún proyecto para desintoxicarse.
Famoso fue el concierto de GBH en el que un mosqueado cantante (igual porque iba mamao) dio por finicatada la actuación cuando no llevaban ni media hora, y no, a pesar de esperar pensando 'ahora saldrán de nuevo', no volvieron a asomar la gaita. 


Dr. Feelgood sin Wilco Johnson y el definitivo cambio de nombre a Canciller donde tocaban Bad Religión, Negu Gorriak con Todos Tus Muertos, NOFX con Lagwagon, Antrhax, o la grabación del directo 'En tu recto' de la Polla Records, etc.., etc..
Pero para entonces ya habíamos abrazado la vida sana... ¿o no?

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