El templo de la movida se lleno durante tres días de pinchos, chupas negras, pelos de punta y crestas perfectas. Los matones del garito fueron literalmente bañados en gargajos mientras vestían sus pajaritas con elegancia y las primeras filas se llenaron de pelones marcando territorio a base de bofetones y cánticos del principio del tema Boca de Dios de Decibelios.
La banda escocesa venía con su disco Let's Start a War… recién editado y con varios cambios en la formación y aprovecharon su paso por Madrid para emular a las estrellas del rock desparramando hoteles lo cual hizo que también visitaran los juzgados de Plaza Castilla.
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