GOING UNDERGROUND 6. En una tierra libre.

 

En lo alto del frio norte, una banda llamada Hüsker empezó a labrarse un nombre por si sola en Minneapolis, y se iban a hacer rápidamente amigos de Minutemen en los años venideros. Ambas bandas eran tríos y chicos sin complejos atraídos por la volatilidad y el ambiente para experimentar en el punk, pero ninguna banda cambió su apariencia o comportamiento de chicos normales para ser parte de ello. Las semillas de Hüsker se plantaron en un evento poco probable, un concierto de Ramones/Foreigner en 1978: el punk rock se abría a lo que había intentado derrocar. ‘Llegamos tarde, nuestros asientos estaban sobre el balcón así que derribamos a unos cinco guardias, pero lo logramos, justo al frente’, le contaba el guitarrista Bob Mould al semanario de Minneapolis Sweet Potato. La banda se formó a primeros de 1979 con Mould, el batería Grant Hart y el bajista Greg Norton y gastaron sus primeros 18 meses en problemas para causar impresión en la escena de Minneapolis. 
‘Pensábamos que era nuestra propia broma a todo el mundo’, le dijo Mould en una entrevista a Smash. ‘No sabíamos que en verdad había más… ya que había un buen movimiento artístico powerpop en el 79’, y simplemente salimos de la nada, tocando ese material punk verdaderamente rápido, y la gente lo odiaba. Aguantamos tocando más rápido y más rápido para conseguir que la gente nos odiase más’ 
Basándose en sus grabaciones, mucha gente pensaba que Hüsker iban a hacer el mismo tipo de estereotipo de otras bandas punk – thrash genérico seguido de más complejidad a cada momento. En realidad, este no era el caso. Las grabaciones raramente reflejan lo que la banda estaba haciendo en ese determinado momento. Incluso al principio, la banda tenía un complemento de canciones lentas bastante diferente a esa impresión de ‘la banda más rápida del mundo’ que causaron con la edición de Land Speed Record en 1981. Su primer lanzamiento, el single Statues/Amusement en su propio sello Reflex Records, en 1980, reflejaba las diferentes formas que manejaban en ese momento. 

‘Simplemente, no encajábamos’ le contaba Mould a Mike Hoeger en City Pages en 1981. ‘Los Suicide Commandos se habían separado. La gente decía, ‘los vimos siempre, blah, blah, blah’ No éramos guay, ya que éramos la única banda punk de los alrededores, y el punk se estaba pasando de moda. Pero nos mantuvimos firmes. Probablemente nuestra peor época fue cuando grabamos Statues. Quiero decir emocionalmente para la banda, ya que estábamos confundidos. Recibíamos mierda de todos lados’. 

La banda tocó algunos conciertos en Chicago con Black Flag, que estaban interesados en trabajar con ellos. Black Flag les dieron algunos contactos en la costa oeste para tocar, y después de terminar el curso escolar de Mould en Macalester en mayo del 81, alquilaron una furgoneta e hicieron una gira por Canadá y el oeste en los siguientes meses llamada Children’s Crousade tour, ayudando a difundir su evangelio y el de otros grupos en ese proceso. 

‘Hicimos muchos conciertos por 12 o 20 pavos’, le contaba Mould a City Pages. Si podíamos tocar un concierto por 20 pavos y un sitio donde dormir, lo hacíamos. Mucha cerveza barata, muchos sándwiches, muchos días sin comer. Pero descubrimos eso, he aquí que había otras bandas haciendo lo mismo que estábamos haciendo nosotros’. 

Ellos pasaron una semana en Seattle, y se sorprendieron por tocar todas las noches para un público de 900 personas cuando los promotores les ponían en el cartel con los Dead Kennedys. Mientras que esto les dio la oportunidad de exponerse más, también descubrieron el lado negativo de tocar con los DKs. Como siempre, el nombre y los rumores sobre los DKs los llevó a los titulares del Seattle Times, lo que sacó a todas las ratas de la nada a ver sus shows. En el lado positivo, Jello Biafra se quedó impresionado por los Hüsker así que insistió en que se quedasen con él para abrir el concierto ‘los Kennedys regresan a casa’ de los DKs en el Mab. Los Hüsker le dieron al abarrotado garito una dosis de furia veloz terrenal, realizando su repertorio en 20 minutos, y los fans se desgañitaron como si no hubiera mañana’ 

‘Al principio molaba mucho. Los chavales se divertían tirándose desde el escenario. Después empezaron a chocarse con nosotros’, le contaba Mould a City Pages. ‘había gente que empezó a ser bastante beligerante. Estaba tan lleno, que los porteros no podían sacarlos, así que tenían que arrojarlos desde el escenario durante nuestras canciones. No parábamos, y empezó a crecer la tensión. La gente de aquí leía sobre ello y no se daban cuenta de lo serio que era. Se daban de ostias entre ellos muchas veces y pensaban que era realmente divertido, y eso es la peor parte de ello. Creo que la gente de ahí fuera se pone tan nerviosa con speed y calmantes al mismo tiempo, que no sabían lo que estaban haciendo. 

‘Minnesota es un poco más tranquila, lo cual está bien. Nuestros conciertos son suficientemente salvajes. No hay violencia. Todos se conocen, así que los empujones y las sacudidas son diversión – buena y feliz diversión. La gente que quiere sólo mirar puede quedarse detrás y solo mirar. Es así de simple’. 

Calendario del 7th St Entry de Minnesota. Hubo una razón por la que su escena musical se volviese legendaria. ¿Cuántas ciudades del país podían ver las formas más crudas de Hüsker , The Replacements, DOA y Naked Raygun? ¿Todo en el mismo mes? 

El concierto de regreso a casa después de la gira fue el material grabado para Land Speed Record, ya que sentían que era algo que necesitaban hacer en esa época para la posteridad. Habían tocado las canciones durante un año y pensaban que era el momento de grabarlas y terminar con ellas. En el pico de la locura anfetamínica, descubrieron que podían tocar Land Speed Record en solo 12 minutos. 

‘Sentíamos que teníamos algo que podíamos hacer bien’, explicaba Mould a la revista Your Flesh, ‘y la única forma de hacerlo era salir a la carretera, y sentíamos que, si no lo hacíamos, nadie nos iba a ayudar a hacerlo. Y eso se vincula con Land Speed record, habíamos estado dos meses en la carretera, todo el tiempo con poco dinero. Y regresamos y teníamos ese gran concierto. Así que pensamos, que demonios, grabémoslo, y lo hicimos. La gira tuvo muchas drogas y alcohol y poca comida’ 

Ya que no tenían dinero para hacerlo con el sello de Mould, Reflex, una subsidiaria de SST llamada New Alliance lo sacó. New Alliance era llevada por Mike Watt de Minutemen, al que le gustaban los Hüsker , y el sello tenía dinero para financiarlo. La banda siempre tuvo docenas y docenas de canciones para sacar de conciertos en directo, incluyendo canciones que no se iban a editar hasta dos o tres años después, como la macabra balada de Grant Hart Diane. El contraste entre lo que el público esperaba de ellos en sus discos y lo que ellos tocaban, a veces chocaba. Esto exasperaba a los punks que no podían manejar estas cosas tan impredecibles, y exasperaba a la banda al tratar de explicar que era ridículo esperar de ellos que fuesen predecibles. 

‘Al contrario que la creencia popular, las bandas punk actuales no suenan todas igual – hay muchas bandas experimentales que son hardcore ya que ellas son muy experimentales’ decía Mould en City pages. ‘Prefiero tener un constante sonido de ruido blanco. Uso la Flying V en particular porque no quiero un sonido angular. Tengo una señal plana real. El bajo de Greg es igual; es un sonido antagónico. Podíamos sonar perfectos y no tener feedback y ser plácidos, pero nuestro material lírico no es así; por lo tanto, ¿Por qué deberíamos sonar como los dBs? No cantamos sobre JoAnn, Shirley y Sally, cantamos sobre gente hambrienta, complejos militares industriales y tráfico desordenado en las ciudades’ 

Mientras el credo de la banda que podían cambiar el mundo con sus letras se cayó en el momento en que editaron Everything Falls Apart en su sello Reflex, su fe en el poder DIY permaneció incluso cuando su popularidad se incrementó. Ellos tenían un cinismo particular hacia el legendario sello indie de su ciudad, Twin/Tone, hogar de los Replacements. Lo que no les gustaba de Twin/Tone es que veían que operaban como un sello mayor con grandes gastos y pactos con la prensa y pagando a una gran variedad de empleados por hacer cosas que la banda pensaba que ellos mismos podían manejar. Twin/Tone expresó su interés en sacar una edición de Hüsker antes de que la banda hiciese el single Statues/Amusement, pero a cada persona que escuchaba la demo de tres canciones le gustaba una canción distinta, así que el sello decidió misteriosamente pasar de ellos. Cuando Hüsker decidió buscar un sello más grande que el suyo propio para editar Metal Circus, SST les pareció adecuado ya que Greg Ginn realizo una buena operación sin florituras. 

No contentos con editar su propio material en su sello Reflex, HÜsker empezaron a trabajar con otras bandas de Minneapolis que les gustaban, como Ground Zero, Man Sized Action, Rifle Sport, Otto’s Chemical Loungue y Articles of Faith de Chicago. También eran fans de Loud Fast Rules que fueron la primera encarnación de Soul Asylum. A pesar de todo esto y de editar 2 cassettes recopilatorios en Reflex, todavía había algunas quejas de que ellos no ‘estaban apoyando la escena’ lo suficiente, basándose en que la banda no se molestaba en decir cosas buenas de otras bandas que ellos no pensaban que eran bastante buenas, y solo trabajaban con bandas que pensaban que eran buenas. Ya que ellos vieron muchas bandas hardcore desarrollar el mismo sonido, querían poner el foco en la diversidad y que Minneapolis no cayese presa de las reglas que ellos habían visto desarrollar en el hardcore. Mould le contaba a la revista Smash! En 1983: 

‘Las escenas que no tenían mucha atención parecían ser más honestas, en general, y eran mucho más serias. Ciudades más pequeñas como las Tulsas o las Dallas o Norman, en Oklahoma. Ese material. Cincinnati. Parecían estar solo por la música. Como, Boston, DC, L.A. San Francisco eran, como ya sabes, conocedoras de lo que sucedía en cada una de ellas. Y, sabes, creo que algunas personas tratan de alcanzarlo de alguna manera 

‘No solo la gente trataba de vivirlo’, añade Grant Hart, ‘sino que los que llegaban de nuevas a la escena también’ 

‘Si, ese es el problema con la verdadera gran escena’, decía Mould, ‘es como si se hubiesen establecido reglas, aunque se supone que no las hubiese. Sabes, como ‘la etiqueta social’. Es como ‘escuche a ellos hacer esto’ o ‘los escuche hacer lo otro’. ‘Escuche que se comen las mesas’, así que ves a la gente sobre la mesa’. 

Mientras que las bandas más grandes del medio oeste venían de escenas incipientes donde al menos había habitualmente lugares donde tocar, como el 7th Steet Entry de Minneapolis y el puñado de clubs de Chicago, con algunas excepciones como Toxic Reason y Zero Boys en Indianapolis. Los Zero Boys solo sacaron un álbum, pero contenía hardcore genial como Civilation’s Dying, New Generation y High Places. Incluso cuando los sitios para tocar en Chicago eran difíciles de conseguir, después de que los clubs principales como el OZ y O’Banion se cerraron, las bandas de Chicago se mostraban agradecidas por lo que tenían en comparación con Indianapolis. Por otro lado, también estaban inspiradas por el espíritu DIY y la falta de clubes forzada de sus hermanos de las ciudades pequeñas. Vic Bondi de Articles of Faith se entusiasmaba con Marie Kanger en 1982 en Bullshit Detector: 

‘Ellos no tenían ningún club allí. Bajamos el último fin de semana cuando grabamos con los Zero Boys. Nimrod Records estaba sacando un disco recopilatorio con nosotros, Zero Boys, Die Kreuzen, Repellents, todas bandas del medio oeste y un par de bandas de Ohio. Así que nos quedamos y tocamos en el concierto de TSOL. Fue en el Canine Dog College. Una escuela de enseñanza canina, lo alquilaron y montaron un concierto para menores de 21 por la tarde. ¡Los chavales se volvieron locos de remate! 

Aunque el disco Vicious Circle era uno de los discos punk favoritos a lo largo de todo el país, los Zero Boys tuvieron una vida corta. El cantante Paul Mahern decía que no eran aceptados en escenas punk como Minneapolis o Chicago, y solo lo fueron en ciudades dispersas por todo Norte américa. Lo que Mahern describía como ‘el principio del fin’ fue cuando el bajista David ‘TuffyCloge rompió el diente de su guitarrista en una pelea en Philadelphia, y poco después se unió a Toxic Reasons desintegrándose la banda. 

‘Hicimos Independence en Indianapolis’, decía el guitarrista de Toxic Reasons Rob Lucjack, ‘donde nuestros rivales, los Zero Boys, también grabaron. Ellos estaban a 2 horas de Dayton, habíamos oído hablar de ellos y ellos de nosotros, pero siempre pensamos que ellos eran unos pasteles. Su disco, Vicious Circle, estaba bien. Siempre he tenido envidia por eso, ya que pensaba que estaba mejor grabado que el nuestro. Habíamos visto a Tuffy tocar con ellos, y necesitábamos a alguien después de que Greg Stout abandonase durante las sesiones de grabación. Tubo que grabar los bajos en el resto de las canciones del primer álbum. Así que fuimos desde Greyhound a Indianapolis, y le dijimos a Tuffy que se viniese con nosotros. Le dijimos que los Zero Boys no estaban haciendo nada, nosotros teníamos un disco nuevo, nos estábamos mudando a San Francisco – la vida nos iba bien, así que decidimos hacerlo’. 


Toxic Reasons fueron una asombrosa explosión de madurez y poder desde el primer momento. Su primer disco, Independence, fue un golpe de efecto, lo llevaron mejor que muchas otras bandas por su música y ese tipo de sinceridad del medio oeste que tenía la misma convicción que las agonías personales de las bandas de Washington DC. El cantante Ed Pittman tenía una voz grave que – al igual que Jake Burns de stiff Little Fingers – podía llevar el tono cubriendo algo de rango de voz. Esta combinación todavía es terriblemente rara entre las primeras bandas hardcore e hizo de Pittman uno de los mejores cantantes de la época. También era un tipo grande e imprevisible defensa, luchador y lanzador de peso en la escuela secundaria de Fairmont West de Kettering, Ohio. Joey Keithley de DOA recordaba en su libro I, Shithead cuando una vez Pittman lanzó sin esfuerzo las 200 libras de Keithley a través de una habitación como amistosa respuesta al ser golpeado. Toxic Reasons se construyeron sobre el modelo de sus héroes de Canadá, DOA, tomando canciones punk de los 70 y dándole la velocidad del hardcore de los 80. Independence tenía una versión que resulto ser una interesante joya oscura – The Shape Of Things To Came de Max Frost and The Troopers, una banda ficticia de la película de 1968 Wild in the Streets. 
Toxic Reasons giraron sin descanso durante los 2 primeros años de su existencia, simplemente porque no había ningún sitio donde tocar en su casa. Al contrario que otras bandas que simplemente conducían 100 o 200 millas a Chicago, Detroit o Minneapolis para poder tocar, Toxic Reasons tenían que hacerlo descabelladamente largas distancias a remotos puestos como Calgary. Uno de esos viajes acabó con el típico desastre para la banda. 

‘Nos acoplamos con bandas de Canadá que podían tocar en el Hotel Royal Canadian de Calgary durante una semana’, recordaba Rob Lucjack, ‘y la única razón por la que las bandas lo hacían es porque podían sacar una buena cantidad de dinero. Tenías que hacer un par de pases por noche. Calgary era un lugar rudo – la gente se golpeaba entre ellos con palos de billar, indios y vaqueros se peleaban a puñetazos. Incluso la primera vez que tocamos me quede atascado en el ascensor entre los dos pases, y tuvieron que tocar sin mí. Yo estaba golpeando a la puerta, gritando como un loco, apretando botones – me llevó un tiempo salir de allí’ 


‘Nos colamos en Canadá, nunca tuvimos los permisos de trabajo para tocar de forma legal. Íbamos a la frontera de noche cuando no podían molestarte demasiado, escondíamos las guitarras y fingíamos que éramos 6 o 7 tipos en la furgoneta, la mayoría desmayados en sacos de dormir encima del equipo, así que no podían ver mucho. La primera vez que subimos a Canadá desde Ohio, acabamos quedándonos 3 meses. Eso estuvo bien, porque fue nuestro primer concierto punk grande abriendo para los Dead Kennedys y DOA en Vancouver. Había unas 3000 personas, era el año 1980 o el 81’. 

‘Habíamos subido atravesando Montana un par de veces, ya que era fácil entrar por ahí atravesando la estrecha frontera. Esa noche nos metimos a Calgary, nos metimos en las habitaciones y dejamos allí toda la mierda. Casey, que era nuestro manager, y yo bajamos a la ciudad para conseguir productos de aseo. Me había olvidado mi cepillo de dientes, y lo agarramos en alguna tienda y yo le dije, ‘hey, no necesitamos pagarlo’ y salimos con él en nuestros bolsillos. En el momento en que salíamos aparecieron dos fornidos guardias de seguridad gritando, ‘¡Hey!’ 

‘Intente escapar y el tipo me agarró. Llamaron a la poli y teníamos una pequeña cantidad en efectivo, unos 700$ - debería haber comprado los putos cepillos de dientes – y les dijimos a los guardias de seguridad que les dábamos 100$ y que lo olvidasen. Pero nos retuvieron hasta que nos esposaron, y después nos acabaron llevando a Inmigración’. 

‘La primera noche se supone que íbamos a tocar, y el resto de la banda se estaba preguntando qué demonios estaba sucediendo. Nos separaron a Casey y a mí, nos pusimos de acuerdo en el coche de policía sobre la forma en que nos habíamos colado en Canadá para ver a Toxic Reasons y como hicimos autostop hasta Calgary. Me arrojaron a una celda con unas 20 personas. Acabé durmiendo junto a un tipo que más tarde se acercó a mí a preguntarme porque estaba allí y no supe que contarle, pero luego él dijo, ‘acabo de disparar en el brazo de mi vieja’ Los polis estaban dando de ostias a un indio borracho que estuvo toda la noche desesperado y llorando – ellos seguían golpeándolo y pateándole’. 

‘Al siguiente día me bajaron a Calgary. Tenían pisos y túneles secretos en las oficinas de inmigración, eso parecía, porque era un camino profundo en la tierra. Los funcionarios de inmigración nazis me interrogaron a fondo, de forma totalmente meticulosa. Intente ceñirme a la historia, pero de alguna manera nos lo sacaron. Mandaron a la policía montada al Hotel Calgarian, que irrumpieron en el escenario mientras la banda estaba tocando, arrestando a todo el mundo. A Casey y a mi nos juzgaron al día siguiente, y de algún modo nos pusimos en contacto con el resto de la banda, a donde quiera que hubiesen sido llevados. El tipo del sonido era realmente guay, puso 10000$ de fianza para sacarnos. El resto del grupo fue ‘deportado’, lo que significaba que podían regresar, y yo fui deportado, con el aviso de que pasaría dos años en la cárcel si regresaba. El batería de Personality Crisis me dio un coche, recuerdo, ellos salían con nosotros. Más tarde, cuando Ed no estaba en la banda, me colé de vuelta a Canadá con Toxic Reasons. Había solicitado recientemente, cinco años después de eso, regresar a Canadá y ellos me denegaron la entrada. Lo encuentro hilarante el no poder entrar por un estúpido cepillo de dientes’. 

Toxic Reasons tuvo uno de los más duros años de las primeras bandas hardcore en la carretera, forzados a buscar salas antes de que Black Flag u otras bandas mayores forjaran una red viable de lugares donde tocar. No importaba lo rápido que tuvieran que ir, aparecerían si hubiese un lugar que les diese la oportunidad de hacer lo que ellos amaban. Rob Lucjak lo recuerda:  

‘Siendo una banda punk del medio oeste, los grupos que giraban, las que iban a por ello, las que estaban en la carretera intentando hacer algo, no eran muchas. La gente tenía miedo del punk rock, y ningún dueño de un bar en sus cabales contrataría algo así para su club. Los conciertos eran muy escasos, pero éramos jóvenes y con ganas e íbamos a por cualquier cosa que pudiésemos obtener. Nuestros primeros conciertos grandes fueron en ese viaje a Vancouver, y después empezamos a abrir para los DKs, quienes nos ayudaron un montón. Ellos eran grandes, así que podían permitirse pagar a las bandas que abrían el concierto, lo cual estaba bien. Bajamos a San Francisco con ellos, luego seguíamos adelante – LA, Phoenix, el sur de Texas… vivíamos con 1 dólar al día, robamos neumáticos para nuestra furgoneta, robábamos ropa, botas, comida en las gasolineras. Todo el mundo era temeroso de montar shows, así que íbamos de Phoenix a El Paso para hacer un concierto, unas 550 millas, o a New Orleans, a cualquier sitio en el que pudiésemos tocar. Hüsker hacía eso también, pavimentando el camino para otras bandas. Sin embargo, no nos llevábamos bien con su batería así que no tocábamos con ellos ni nos ayudábamos’. 

Cuando ficharon con un manager llamado Terry Hamer, que había hecho programas de radio en Berkeley y les prometió contactos en San Francisco, la banda decidió mudarse a la ciudad de los Dead Kennedys con la esperanza de tener más visibilidad. 

‘Acabamos en el viejo Impala del 65 de Tery con un cartel U-Haul y motor Volkswagen’, decía Lucjack, ‘tocamos un concierto de camino a Houston y dejamos el equipo en el escenario ya que íbamos a tocar la noche siguiente de nuevo. Regresamos al día siguiente y lo habían robado todo – la batería, los amplis, todo menos las guitarras que las llevábamos con nosotros. Así que nos metimos en la casa de un camello de San Francisco que nos sacó el primer álbum, era el tipo que llevaba Risky Records y básicamente forzamos nuestra entrada en su casa. Él tenía un piso con 3 habitaciones, y nosotros no teníamos donde quedarnos ni equipo. La mayoría de la gente compartían casa entre ellos, aunque yo estaba enrollado con su hermana y tenía una habitación para mí solo’. 


Entrevistado en San Francisco por Maximum R&R en 1981, Ed Pittman hablaba sobre el medio oeste: 

‘Las bandas están surgiendo por todos lados, pero es el Cinturón Bíblico. Jerry Falwell es presidente allí. Hay un control total de los medios. Los clubs abren y cierran en un santiamén – como el C.O.D. de Chicago. Dos pantallas quemadas en dos días. Muy misterioso. La gente estaba allí, pero los bares no. No sabes lo afortunado que eres. Ahí fuera, los Talking Heads son demasiado duros para ellos 

‘Ohio es bastante redneck’, añadía el batería JJ Person, ‘gente como la de Deliverance. No puedes entenderles. Hacen trabajos machacando y arreglando coches’. 

Ed Pittman sólo pudo aguantar en San Francisco durante un corto periodo de tiempo, y lo dejó en 1983. Era el único que había fundado la banda y llevado a todos los miembros, inspirado por un concierto de DOA en Dayton el año 1978, y se le considera el corazón y el espíritu de Toxic Reasons. Pero estaban tan hartos de vivir en el regazo del otro, que no discutieron con él su decisión. 

‘Intente conseguir trabajo, Bruce y los demás encontraron trabajos de mierda’, decía Rob Lucjack, ‘pero Ed no lo pillo. No podía soportar estar encerrado, y realmente nunca quiso trabajar. Tenía una novia nueva en Ohio y terminó estallando. Casi golpean a Terry Hammer también, porque resulto ser un inútil. Ed solamente dijo, ‘me voy, abandono. Regreso a Ohio’ Estábamos tan cansados de él para esa época, quejándonos – él era un tipo grande, musculado, duro y nadie podía molestarle, así que dijimos, bien, vete. Su novia le dio la pasta y se fue, voló de regreso a Ohio, y se supone que esa noche tocábamos con los DKs. Acabamos haciendo el concierto con Bruce cantando’. 

El hardcore era despreciado en 1981 – y continuaría siéndolo toda la década – por los periodistas de las revistas musicales grandes, como un esfuerzo inútil de revivir el punk rock muerto y acabado. Como siempre, el negocio musical estaba a la búsqueda de la próxima sensación y concentrándose en encontrar ediciones de punk económicamente viables al mercado. Hüsker tenían algunas observaciones reveladoras sobre porque la música estaba todavía presente, y la mayor diferencia entre el hardcore y el curso del 77. 

‘Siempre ha habido el argumento’, se lamentaba Bob Mould en las páginas de City Pages, ‘¿Dónde comenzó el punk?, ¿A quién le importa? No es donde empezó, es ¿Por qué comenzó?’ 

‘Hace 4 años más o menos, hubo algo que hacer porque no había nada que hacer’, decía Grant Hart en una entrevista a City Pages en 1981. Pero hoy es como si hubiese algo que hacer para que no haya nada que hacer de nuevo 

Esa era una parte de la urgencia y la desesperación del hardcore de esa época. Reagan acababa de tomar posesión del cargo, declarando un nuevo militarismo que era alarmante. Nadie sabía lo loco que Reagan estaba, y lo fácil que podía apretar el botón para que fuese el fin. Esos temores se desvanecieron en cuanto el pragmático Gorbachov tomó el poder como contrapartida soviética, pero durante el rápido cambio entre Breznev, Andropov y Chernenko hubo mucha incertidumbre. El barullo de términos ‘guerra nuclear limitada’ como posibilidad estratégica no ayudaba mucho. 

Aunque un buen número de bandas expresaban el temor colectivo de forma consciente – Push the Button de Hüsker , Limited Nuclear War de Toxic Reasons, Part III de Bad Religion – el tópico era un poco demasiado obvio para la mayoría de las bandas para querer tratar sobre ello de forma lírica. Se daba por hecho que todo el mundo pensante sentía la misma impotencia e indignación, así que no había razón para cantar sobre ello. Hüsker rápidamente paso a escribir sobre ello como protesta, y lo escribió con resignada aceptación en Deadly Skies, con la idea burlona de que no podían hacer nada para evitarlo. 

   Me gusta protestar, aunque no sé por qué lo hago 

   Supongo que no tengo control sobre la amenaza nuclear 

   Hice un cartel para mostrar que realmente me importa 

   He escuchado que queda bien si la gente de la televisión está allí 

Bob Mould explicaba el fatalismo de la canción en una entrevista con Suburban Punk: 

‘Trata mucho de la gente que ve manifestantes llevando carteles que alguien pinto por ellos para llamar la atención por una causa de la que no saben nada. En cuanto a lo que concierne con todo el asunto de la guerra nuclear, no creo incluso que nadie ha llegado con alguna idea de cómo reducir la posibilidad de una guerra nuclear. Era como ‘Uh, reduzcamos las armas’. Vale, ¿qué diferencia hay entre las 40.000 que hay ahora y 500? Es como si la guerra hubiera terminado y todo el mundo hubiera perdido al segundo de hacer la primera. Todos perdimos en ese momento. No hay nada que podemos hacer al respecto – es jodido’ 

Mientras que la posibilidad de la aniquilación abrupta de la humanidad era un factor, es exagerado decir que tuvo mucho que ver en cómo la gente conducía sus vidas. Todos aprendimos a vivir con la amenaza nuclear, y lo hemos dejado en un oscuro recoveco de nuestras mentes. Yo tenía un odio violento hacía Reagan cuando era adolescente, en parte debido a los exagerados sentimientos de adolescente, sobre todo, pero mayoritariamente por la demencia y la desilusión colectiva a la que él estaba llevando el país. La mentalidad de la gente al respaldar el desmantelamiento de los servicios sociales y los sistemas educativos a favor de la bajada de impuestos, del apoyo de grandes inversiones militares y la violenta intervención por todo el mundo en nombre del anticomunismo, llevando al gobierno a grandes déficits, vendiendo el futuro de nuestro país y así Wall Street podía hacer montones de pasta… todo enturbiado detrás de un barniz de ‘rudo individualismo’ y del ‘estilo americano’. No podía soportar ver una nación a la que la gente compra algo tan transparente, y este sentimiento estaba todo focalizado personalmente sobre Ronald Reagan. (Mi rabia adolescente y todos estos males se han reproducido desde entonces, con el terrorismo sustituyendo al comunismo y al hombre del saco, así que aparentemente no había nada exagerado en mis sentimientos entonces) Una tarde en la mesa cenando, de forma breve después de que John Hinckley Jr. (intento asesinar a Reagan) hizo un intento de asesinato, refunfuñé: 

‘Hace unos pocos años, todos podrían haber deseado que Hinckley tuviera mejor puntería 

Mi madre me miró impactada. Nunca había expresado un sentimiento tan fuerte antes, ni como político -aunque sea liberal- ella aprobaba los asesinatos políticos. Mis sentimientos, mientras torpemente se sometían, estaban ligados a la sensación de que el país se desviaba en una dirección de la que nunca podría volver. En ese futuro, nunca podía haber una oportunidad de que mis creencias iban a ser tratados como algo que no fuese parte de un grupo de lunáticos. La música que me gustaba sería marginalizada incluso más que nunca. Este fue el tipo de vaga conciencia que dan lugar al fervor del espíritu DIY. Lo irónico era que los únicos en el país que realmente lo practicaban eran las personas más desencantadas con la supuesta nueva forma de individualismo rudo de Reagan. 

Sabiendo que nadie editaría nuestros discos, ningún manager nos montaría giras, ningún club nos abriría sus puertas, ninguna radio nos pincharía nuestra música y que la situación incluso empeoraría, una generación de punks dio los pasos necesarios para que nuestras voces se escuchasen lo mejor posible. Creamos nuestros propios sellos, incluso si solo fuese para grabar la música de tu propia banda y de ninguna más. Construimos una red underground de gente afín y lugares en los que las bandas podían tocar, improvisando constantemente para mantener los viejos garitos abiertos y abrir nuevos. Pegamos fanzines y encontramos una miríada de formas diferentes de tener acceso gratis a fotocopiadoras, así podíamos compartir información entre nosotros. Hicimos programas de radio en cualquier lugar en el que encontrábamos un hueco, comprando la música con nuestro propio dinero y llevándola con nosotros. Hicimos eso ‘para que no haya nunca más nada que hacer 

Era divertido, porque mientras que éramos caracterizados como un grupo de raros e inadaptados empeñados en hundir la sociedad, nos convertimos en expertos en las habilidades más necesarias para triunfar en un mundo competitivo y empresarial. Por razones diametralmente opuestas, éramos niños de Reagan tanto como sus seguidores descerebrados lo eran.