El día que Dee Dee se despidió de Madrid

"Todo el mundo adoraba a Joey y su sensibilidad Pop,  pero Dee Dee era el que tenía que chupar pollas por las esquinas para pagarse su dosis, él si que era punk"

No fue con una sobredosis como nos dijo adiós. Atrás quedan los conciertos de la Plaza de las Ventas con Nacha Pop o en el estadio de Riazor en el que unos Suaves les dejaron a la altura del betún.
Convocado una noche de febrero del año 1989 y sin entrar a ver a BB sin sed, ya que había que hacer calentamiento previo pese a la ausencia de bodegas en los alrededores del Pabellón de Deportes del Real Madrid, el acceso al recinto nos recibe con un bofetón de calor y música ambiente que va desde Minor Threat a Anthrax versionando Antisocial.


Después nada nuevo, afortunadamente, los cuatro cazurros de Forest Hills no han cambiado su imagen y siguen con sus chupas de cuero, sus estrafalarios peinados y los mismos tres putos acordes dándonos lo que hemos venido a escuchar, un bombardeo de canciones (cuarenta al menos) precedidos del 1,2,3,4 de rigor tocadas a toda pastilla como si hubiera que registrar una nueva marca el Guinnes.


Una hora escasa y abandonamos las primeras filas empapados de sudor, nuestra chupa atada a la cintura, una enorme sonrisa y una pregunta rondando nuestras cabeza:
¿Estaba tocando realmente nuestro Ramone favorito o solo había subido al escenario a decir One, Two, Three, Four?


En las siguientes visitas algo cambió, reclutado un ex marine se mejoró la puesta en escena con su despliegue juvenil, pero esto no nos hizo olvidar y si añorar a Dee Dee en el lado derecho del escenario, Sniff…..

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