VORTEX 8 en el Budokan, Tokio. KKSAK 15


Nuestra historia comienza, usando terminología del rugby, en el tercer tiempo del concierto de Johnny Thunders en la sala Astoria madrileña en el que vista la alineación que presentaba (Jerry Nolan a la batería y Glen Matlock al bajo) se esperaba que jugase al ataque y que fuese una autentica noche de copa de Europa, pero hacía tiempo que el jaco solo provoca en la muñeca neoyorquina tácticas de catenaccio, y mal desplegado, vamos que el concierto fue una mierda.


 




Pero aparquemos de momento al Sr. Truenos. Nuestros protagonistas acaban pasando la noche con quien asegura ser el manager o promotor de la estrella de la noche (un maletín llevaba, pero no sabemos que había dentro, dinero del bolo no). Después de agradables charlas, rondas e invitaciones amablemente rechazadas para visitar el baño, se ponen las cartas boca arriba y el personaje del maletín dice que tienen una gira por Japón y necesitan una banda de acompañamiento y para completar el cartel del concierto previsto en Tokio, nada más y nada menos que en el mítico Budokan. 

Se presentan credenciales y se oposita con una gran sonrisa en la cara a ser incluidos en el programa, y ni corto ni perezoso, el manager saca un contrato para ser firmado en ese mismo instante. La única pega que pone es que el viaje corre a cuenta de la banda. Firmado el contrato, los Vortex 8 se miran con la vista nublada por el humo y el alcohol, ‘¡joder, vamos a tocar con el puto Johnny Thunders!’ 

Llega el momento de la verdad y entumecidos por un largo viaje de avión en clase turista llegan al escenario del evento, deseando entablar contacto con la estrella de la noche y allí no hay ni rastro de él, aunque si esta la banda nipona con la que compartirán tablas, The Comes . Mejor dejarse llevar por el Sake y ese pescado crudo mojado con moco verde picante que no paran de ofrecernos como catering… y a tener paciencia, ya aparecerá en una limusina el 'Rompecorazones'. 

El tiempo pasa y nada cambia, el público ya está entrando y en el backstage empiezan a correr rumores en los que se da por seguro que Johnny no va a aparecer ya que, segun dicen, se ha perdido por la ciudad en busca de 'su dosis' y nadie sabe dónde está, el resto de su troupe lo dan por imposible y ni han aparecido por el lugar. 

Vortex 8 nos amplían la experiencia: 

'¿El concierto? Pues con un público sentado y excesivamente respetuoso y con un nulo sentido del ritmo (sus palmas casi te hacían perder el tiempo de la canción) aunque en una esquina había un sector, que no sabemos si es por querer hacernos sentir como en casa o por que pensaron que la fiesta no se la amargaba un yonqui, que no paraban de canturrear 'Oe, Oe, Oe...' como si estuvieran en un estadio europeo. De regreso al hotel, con la decepción en el cuerpo, escuchamos en la radio las palabras Johnny Thunders y Vortex 8 (las únicas que entendimos) y rápidamente fuimos a introducir una cinta en el radio cassette mono que había en la habitación para tener registrado las pruebas del concierto en el que Vortex 8 casi toca con Johnny Thunders'. 




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