Es algo extraño, pero todo el mundo que desaparece se dice que se le ha visto en San Francisco. Debe ser una ciudad encantadora, y poseer todos los atractivos del mundo (Oscar Wilde)
Es la
Amerikana que hay dentro de mí la que me hace ver la sangre extendiéndose por
el agujero de bala de su cabeza (The Avengers, ‘The Amerikan In Me’, en
referencia al asesinato de JFK)
San Francisco
fue un crisol natural para el punk. Durante años fue sinónimo de pensamiento
liberal con voces a favor de los derechos gay, feministas y lobbies ecologistas
y en los 60 se convirtió en imán para los Beats y campamento base para el
verano del amor. También tenía distritos de clase obrera que se asociaban con
la ciudad portuaria. Un refugio, pues, para raros, hippies y excéntricos, así
como para los pensadores más racionales de izquierdas, era natural que, después
de New York, y junto a sus vecinos californianos de Los Ángeles, se regocijara
en el espíritu punk de la diversidad. Después de todo fue en el Winterland
Ballroom de la ciudad donde los Sex Pistols tocaron su último concierto, aunque
no pasaron el testigo, sino que lo dejaron caer. O, en el caso de Sid, se
rompió. ‘En San Francisco’ anota el cantante Jello Biafra ‘durante años, todos
los primeros participantes en todas las artes eran gente que venía de otros
sitios. No es como Londres o New York donde mucha gente creció allí. Es una ciudad
donde mucha gente de todo el país se encuentra allí, e incluso de todo el
mundo, para perseguir su sueño y encontrar algo de libertad e intentar ver en
que se pueden convertir’ Una ciudad que Paul Kantner de Jefferson Airplane
describió brevemente una vez como ’49 millas cuadradas rodeadas de realidad’.
Cualquier referencia a esta última banda en un libro sobre Dead Kennedys debe
provocar desconcierto, pero la línea con respecto a los 60 es clara. La propia
banda se explica, ‘Intentábamos restaurar lo que los hippies creían’, afirmaba
el guitarra East Ray, ‘tolerancia con la experimentación, el rollo
Hazlo-tú-mismo y cuestionar la autoridad’ Y, añade Biafra, ‘Insurrección,
acción directa y buenas bromas a la vieja usanza’
Si la ciudad
ofrecía oportunidades para los innumerables peces fuera del agua, las
tradicionales celebraciones de los rebeldes de Frisco sentían también
fácilmente simpatía con los valores punk; el abandono del estatus construido
por la apariencia, la riqueza o la carrera profesional. ‘Al contrario que
Londres’ apunta Biafra ‘no había un Carnaby Street o King’s Road, las ideas de
la moda punk en California eran 100% DIY, sacada de las tiendas de caridad.
¡Mira las fotos de los Weirdos o los Dickies! Incluso los punks de Hollywood
sacaban su material del Ejército de Salvación. En su lugar, el punk de San
Francisco hizo de las excentricidades personales algo positivo y se cebó con la
pomposidad de los que se atribuyen autoridad sobre los demás. Por encima de
todo el fetichismo individualista, la creatividad individual y la
autoexpresión. El apoyo mutuo y la colaboración fueron elementos clave. Uno de
los mitos del punk era que el año zero de su cultura fue un big bang – un saco
de cultivo instantáneo de todos en la boca de cada uno – cuando en realidad
recogió lo que los inconformistas y desesperados estaban esperando que
sucediera, algo a lo que los inadaptados y los deformes pudieran pertenecer.
Cuando Ray
colocó un anuncio (‘guitarrista quiere formar una banda punk o new wave’) en
Aquarious Records, reimpreso en el periódico BAM de San Francisco, tenía una
intención en particular. Quería tener la mejor banda de este tipo en San
Francisco. Lo cual no sonaba muy ambicioso, pero en la época en que se sitúa el
anuncio en 1978, la ciudad ya había parido una generación punk enormemente
diversa.
Los adelantados
Crime y The Nuns desarrollaron un R’n’R primitivo con actitud que a día de hoy
se disputa el honor de ser la primera banda punk de la ciudad. Crime, que al
principio evitaron la etiqueta punk, salían al escenario vestidos de polis, con
petos o esmoquin, tocando punk-blues sobrecargado tipo Stooges a un volumen
ensordecedor y un sentido del melodrama que recordaba tanto a Kiss como a MC5.
Es legendario su frase a Seymour Stein sobre que él necesitaba cortarle el pelo
a los Ramones. The Nuns, liderados por Jennifer Miro y presentando a la futura
estrella del country alternativo Alejandro Escovedo, no eran una fuerza menor –
eran el equivalente visual de Marlene Dietrich al frente de los Dead Boys y por
algún tiempo la mejor atracción en directo del movimiento. Fueron la primera
banda punk de San Francisco en hacer un concierto ‘oficial’ en el epicentro de
la escena, el Mabuhay Gardens, y en ser cortejados por una discográfica, aunque
al final prefirieron fichar por 415 de Howier Klein cuando un contrato con
Columbia no fructificó. Fue un presagio de todo lo que les sucedería a los
grupos pioneros punk de la ciudad.
The Avengers que
junto a The Nuns telonearon a los Pistols en el Winterland, tenían un
entusiasta instinto tanto para la melodía tensa como para la agresividad. Con
la cantante Penélope Houston como protagonista increíblemente genial y
fotogénica lideraron la segunda oleada, pero, cruelmente, nunca editaron un
disco a pesar de tener material suficiente para tres. Entre sus compañeros
estaban los muy teatrales y populares Mutants, que tocaron junto a los Cramps
en el sanatorio mental de Napa causando consternación entre los guardias que
intentaban diferenciar a los intérpretes del público. The Dils, liderados por
los hermanos Kinman, se habían resituado en San Diego y establecieron una
conciencia política de clase que más tarde se refinaría en la biblia
punk/pre-internet y brújula de la consciencia de la región Maximum R’n’R. Los
fanfarrones Sleepers de Palo Alto, con el batería original de Crime Rickie
Williams a las voces eran un cable de alta tensión situado en un parque de
caravanas, hacían referencia a Stooges pero también recordaban a la psicodelia
del interior de SF (musical y farmacéuticamente hablando) y eran la banda
favorita de Darbie Crash de los Germs.
Los insanamente
conflictivos Negative Trend probablemente tenían ventaja, sin embargo, en
términos de impulso. Sobre uno de estos últimos grupos, como ‘verdadero’
manager de Sex Pistols, Malcolm McLaren fue preguntado para acompañarlos en
Winterland después de preguntar este cual era la ‘peor’ banda de la zona. El
cantante original Rozz Rezabeck lo dejó a los 17 años, el Iggy de la Bay Area
se había quemado físicamente. Fue famoso por finalizar un concierto con el
brazo roto en los Iguana Studios ante un indiferente Sandy Pearlman, de
renombre por producir a Blue Öyster Cult y haber trabajado en el disco de Clash
Give’ Em Enough Rope. De hecho, no se rompió solo su brazo, sino que, después
de haber ido al hospital, regreso al concierto para rompérselo por otro sitio
distinto. Biafra no tuvo éxito en la prueba para el puesto vacante. También lo
hizo Bruce Loose, que encontraría finalmente su sitio con su compañero
superviviente de Negative Trend en el posterior grupo de Will Shatter, Flipper.
Los Dead
Kennedys llegaron en una tercera oleada encabezada por The Offs, que mezclaban
un sonido de guitarra tipo zumbido de motosierra y ruido a lo Velvet
Underground con bajos dub. Por cierto, este autor no reclama haber sido testigo
presencial de ninguna de estas bandas. De forma fortuita, Joe Ress y Target
Video les filmaron, proveyendo de audio e imagen de forma integral un
movimiento emergente al que cualquier Johnny Latecomer (recién llegado) podría
desear tener acceso.
El impacto de
escuchar Dead Kennedys, por lo menos fuera de SF, tiene que ser reclamado en
este contexto único. Lo que hizo que ‘Holidays in Cambodia’ y ‘California Über
Alles’ sonasen más irritantes, sarcásticas y musicalmente más malévolas que los
vástagos de Lydon y Strummer fue el resultado de una escena en gran medida
sellada a la mirada exterior en la que el ímpetu por superar, sobresalir y
salirse de la norma estaba en el ambiente. No solo la ciudad había abrazado el
punk, había acelerado el proceso de personalizarlo.
Todos esos
grupos, sin embargo, se vieron forzados a sobrevivir en esa época sin ningún
tipo de infraestructuras cuando grabaron y editar discos seguía siendo un sueño
inalcanzable. Fue contra ese firmamento de disidencia creativa en rápida
evolución y obstáculos logísticos con la que cualquier banda punk de SF tendría
que medirse.
Ray, músico de
sesión que había crecido con la colección de discos de Duke Ellington de su
padre, el único nativo de la banda del área de la bahía, inspirado por la forma
de tocar la guitarra de Scotty Moore en los primeros discos de Elvis y de Syd
Barrett en su época de Pink Floyd. Fue viendo a esta última banda en el
Winterland en octubre de 1970 a la edad de 12 años lo que le convenció para
agarrar una guitarra. Más tarde se metió en los Ohio Players cuando empezó el
rock de los 70 persiguiendo su propia meta. Se excitó inmediatamente cuando
llegaron los Ramones y escucho los primeros discos de punk británico (2). Ray tenía un aviso en referencia a
todo el que respondiese a su anuncio. Desafiando a las ideas prevalecientes, no
quería nadie que fuese capaz o competente, sino excelente a nivel individual.
2. ‘Cuando me reuní con él por primera vez’, afirma Biafra,
‘Ray no tenía discos de punk. No había escuchado a los Stooges. Así que le
preste una cinta y él lo entendió. Probablemente había escuchado a los Ramones,
en la KSAN, una vieja emisora hippie (especialmente la ‘Outcast Hour’ de Howie
Klein y Chris Knab) que tenía singles punk de forma habitual, hasta que las
grandes compañías le dijeron que parara’
Raymond
Pepperell, que usaba su nombre de nacimiento, Ray, tenía una licenciatura en
matemáticas, ‘Me gradué en la Universidad de California, Berkeley. Así que
tengo los dos lados del cerebro. ¡Me olvide de cual es cual! Yo pienso en
música de verdad, aunque, no de forma intelectual’ Sus padres eran activistas
políticos, ‘Estaban involucrados en movimientos por los derechos civiles,
peleando contra el Blockbusting en los 50s y los 60s – que era gente que ponía
una familia negra en bloques de familias blancas, para luego comprar las casas
de los blancos baratas. Y las prácticas discriminatorias en vecindarios seguros
(la práctica de incrementar el coste de los seguros en zonas predominantemente
negras). Mis padres también combatían eso. En definitiva, eran activistas
liberales, en particular de los derechos civiles. Se que me arrastraron a un
par de manifestaciones. Incluso mi padre estuvo en el consejo escolar un
tiempo. Trabajaba en una empresa y llevaba traje y corbata, pero estaba
haciendo estas cosas. Los dos vestían como puritanos. Pero no lo eran. Mi madre
solía escuchar a Pete Seeger en The Weavers. ¡Y a Frank Sinatra! ¡Un placer
culpable!’
Ya era un
músico experimentado, aunque insatisfecho. ‘Solo recibí lecciones de guitarra
durante 6 meses, y el profesor no me enseñaba lo que yo quería saber; así que
la mayoría lo aprendí de escuchar discos. En el instituto tocaba con unos
amigos y mi hermano tocaba la batería. Era en los suburbios de California
(Castro Valley), todavía en la bahía este. Fui a la universidad y dejé de
tocar. Cuando acabe tocaba en una banda de bar, ganando 100$ a la semana.
¡pensaba que podía vivir de esto! Así que estaba trabajando 3 o 4 noches por
semana. No era satisfactorio’ El único documento de esa época es su
contribución a la banda de la Bay Área Cruisin’ quienes editaron un single,
‘Vicky’s Hickey’, que lo vendían en los conciertos durante los 70. Tenían
incluso repertorios alternantes entre Beatles y Beach Boys, con trajes de baño.
Para el año
1978, empezó a tener noticias del punk. ‘Escuche a los Sex Pistols y a los
Ramones. Luego fui a ver a los Weirdos en el Mabuhay. Una de las formas con las
que me gusta experimentar la música es si pone los pelillos de mi nuca de
punta. Esto sucedió cuando vi a los Weirdos en directo. ‘Ah, esto es lo que
quiero hacer’. Yo estaba por la zona cenando, entre y hablé con ellos’ A partir
de entonces, puso en marcha su plan, pero estaba decidido a que la musicalidad
de su nueva banda se viera espoleada y no atada por el punk. ‘Al principio,
cuando puse los anuncios para el grupo, una de las imágenes del punk era que no
debías ser capaz de tocar tu instrumento, lo cual es poco menos que un mito.
Cuando puse el anuncio, puse que quería montar un grupo punk, pero la gente
tenía que saber tocar’
El primero en
responder al anuncio del Aquarius fue Eric Boucher, conocido pronto en el mundo
como Jello Biafra; una columna elegida al azar de un cuaderno en el que se
anunciaba a sí mismo como Residente (3). ‘Cuando puse el anuncio estuve
tratando con gente diferente’, continua Ray, ‘hablaba por teléfono, y luego me
reunía a tocar con ellos. Trabaje con algunos y con Biafra al mismo tiempo,
escribiendo canciones juntos. Otro tipo apareció una hora tarde. Y eso fue
todo. Le dije, ‘he estado esperando aquí una hora. Muchas gracias, adiós’ Los
dos tenían talento. Pero todos en DKs tenían ética del trabajo, sobre aparecer
puntual. De otra manera no iría a ninguna parte. Se trata de comprometerse.
3. Jello (o Jell-O) era el nombre comercial del postre de
gelatina de Kraft, respaldado por varios comediantes como Jack Benny o Bill
Cosby durante años, y por tanto algo fijo de la consciencia americana que los
europeos podrían desconocer. Sus usos alternativos incluían el uso por mujeres
en ‘luchas de barro’ de bares de striptease o para adultos. Un famoso filósofo
anterior a Mr. Boucher también se divirtió con ello; Bertrand Russell tuvo la
ocasión de constatar que ‘la consumición de Rampant Jell-O por parte de los
reyes de Inglaterra no es ni necesaria ni suficiente para la existencia de
Dios’ como prueba de la lógica propositiva. El sobrenombre ‘Biafra’, por el
contrario, fue tomado del estado secesionista aplastado por el gobierno federal
nigeriano a finales de los 60. Después de sostenidas acciones militares,
bloqueos económicos y la destrucción de los recursos agrícolas para sorpresa de
sus participantes y cerrada con un millón de muertos. ‘Para clarificarlo’,
clarifica Biafra, ‘las muertes se produjeron en gran parte por inanición masiva,
cubierta de horribles fotografías con muchos detalles en la prensa. Así Biafra,
en esa época, fue el símbolo más reconocido universalmente del peor tipo de
genocidio en masa. ¿Adivina de quién es el delta en el que han encontrado el
petróleo? Las coincidencias de agonilandia’.
Biafra había
crecido en Boulder, Colorado, hijo de una librera y de un trabajador social que
escribía poesía. Ambos apoyaron la resistencia pasiva de Martin Luther King.
Las figuras autoritarias, especialmente un profesor de sexto grado que
profesaba diariamente que Richard Nixon era un buen hombre, chocaron contra una
embrionaria consciencia política forjada por la demostración antiguerra que
Eric pudo observar, cuando tuvo lugar en la Universidad de Colorado, desde la
ventana de su escuela. Como consecuencia se vio inmerso en la cultura hippie
prevalente, con su correspondiente posición contra la guerra de Vietnam y la
defensa del medio ambiente, los derechos civiles y el amor libre, pero más
tarde se horrorizó por su deslizamiento a la manipulación y la autosuficiencia.
Darse cuenta de lo manipulada que su comunidad se había vuelto fue fundamental
para su visión del mundo, ‘Ver a muchos hippies dar la espalda a sus ideales y
evolucionar a lo que ellos llamaban ahora Nueva Era y Yuppies’ Buscó refugio en
las bromas y la música. Un remueve mierda había nacido. O más bien, como Biafra
prefiere, en referencia a Abbie Hoffman (‘las vacas sagradas hacen las
hamburguesas más sabrosas’), la orgullosa tradición de revolver mierda
americana tenía un nuevo inductor.
Mientras que su
familia prefería la música clásica, los primeros discos que tuvo fueron de la
Creedence Clearwater Revival y Steppenwolf, ambos un regalo de navidad,
seguidos de un par de discos de Led Zeppelin y la banda sonora de Woodstock.
‘Blue Öyester Cult fueron relevantes’ añade, ‘porque su Tyranny and Mutation
fue el primero que compré sin haber escuchado ninguna canción en la radio.
Estaba harto de la radio a la edad de 13 años, en 1971, así que empecé a
comprar discos cuyas portadas me pareciesen guay, especialmente porque con el
primero di en el clavo. Mis últimos gustos iban hacia The Stooges, Pink
Fairies, 13th Floor Elevators, Hawkwind, Frank Zappa, Black Sabbath y, lo creas
o no, Sparks, ya que sus letras y canciones eran demenciales, especialmente su
disco Indiscreet’
Esas primeras
compras fueron en la tienda local Trade-A-Tape, pegada a su instituto.
Fielmente dedicado a servir de country-rock a los residentes locales, los propietarios
arrojaban cualquier cosa que considerasen ligeramente raro en una caja fuera de
la tienda. Más tarde fue afortunado en encontrar la original tienda Wax Trax en
Denver, regentada por Jim Nash y Dannie Flesher, que más tarde se mudaron a
Chicago y montaron el famoso sello del mismo nombre. ‘De repente me di cuenta
de ese escaparate y tenían viejos discos de Yardbirds, y un disco de Jonh
Denver clavado en la puerta, garras a través de sus ojos con la sangre
derramada…y me imaginé, aha, este es un lugar para mí’
MC5 fueron
también un añadido a esa consciencia musical en crecimiento. ‘Lo que me puso en
la pista de ellos fue un crítico musical del Denver Post. Su nombre era Jared
Johnson. Hacía reseñas de discos cada semana. Chaval, ponía discos que no le
gustaban. Él decía que Paul Simon y los Bee Gees eran los mejores compositores
del siglo XX, pero se ponía furioso y gritaba contra Alice Cooper y decía que
Black Sabbath eran casi tan malos como MC5. Así que de forma inmediata salía y
me ponía a buscar discos de MC5 al día siguiente’. Él encontró dos por 25
centavos cada uno en Trade-A-Tape.
A pesar de la
tendencia a almacenar mentalmente grandes cantidades de información y una
fascinación por la prensa impresa y visual (lo cual puso de manifiesto él mismo
en los collages que acompañaban a los discos de Dead Kennedys), la música
inspiró de forma singular el amor por las palabras de Biafra. ‘Las letras de la
música son casi todo mi bagaje literario’, confirma, ‘esto puede impactar y
molestar a un montón de gente, aunque Allen Ginsberg pensaba que eran geniales
y perfectamente válidas. Por lo menos, me ayudó a superar mi educación
intelectual para, afortunadamente, mejorar mi comunicación con otras personas
criadas con las letras de las canciones a quienes realmente no les gustaba
leer’.
Todavía en
Boulder él fue roadie de la primera banda punk de Colorado, The Ravers. Se
mudaron a New York y tuvieron éxito finalmente en 1984 con ’88 Lines About 44
Women’ con RCA y un nuevo nombre, The Nails. Los fanáticos de la ironía notaran
que el A&R era Bruce Harris, el tío acreditado por convencer a Epic de
editar el disco debut de los Clash en América e invocar el lema ‘La única banda
que importa’ Sin embargo, la primera aventura musical notable de Biafra fueron
The Healers. Se especializaron en ‘música verdaderamente aterradora’ e hicieron
alguna tentativa de grabar, pero nunca tocaron en vivo. ‘Nunca ensayábamos’
confirma Biafra, ‘éramos John Greenway y yo y algunas veces otros golpeando
instrumentos que nunca habíamos tocado cuando nuestros padres no estaban en
casa. Todo improvisado’
Sintiendo los
cambios de aires desde el extranjero, un viaje a Inglaterra en verano de 1977
vio a Biafra chequeando la escena punk local. Pudo asistir a conciertos de
Count Bishops y Little Bob History, y pilló un concierto primerizo de Wire
teloneando a The Saints (se impresiono tanto con estos últimos que les hizo
firmarles una copia de I’m Stranded) A su regreso se apuntó a la Universidad de
California en Santa Cruz para estudiar teatro e historia de Paraguay –
simplemente porque eran las únicas clases que quedaban libres (Intento meterse
en una película de la escuela pero no paso el corte) Inspirado por repetir los
pasos de ‘Anarchy in the UK’ de los Sex Pistols -él estaba entre los primeros
residentes en Boulder en poseer una copia – se cortó su pelo de hippie, lo
metió dentro de una bolsa de plástico y los clavó con rechazo en la puerta de
su dormitorio. ‘Fue solo inspiración ya que sentía que la historia hippie había
agotado su camino. Ya no causaban los problemas correctos. Tan pronto como el
pelo iba cayendo, sentí de repente el peligro por la forma en que la gente
reaccionaba. ¡Todavía tengo la bolsa de pelo! La tengo en alguna parte. ¡La
encontré hace tiempo!’
Diez semanas
fue todo lo que pudo soportar en un campus rodeado de ‘patéticos Deadheads
(seguidores de Grateful Dead) con padres ricos’ Lo dejó antes de completar el
primer semestre, regresando a Boulder para subsistir lavando la ropa sucia en
una enfermería, lo cual le presentó su propio momento Alguien Voló Sobre el
Nido del Cuco. ‘Un fascinante viaje al infierno’, sobre todo porque estaba
horrorizado por las prácticas de algunos ordenanzas, que comerciaban con
relojes y otros efectos robados a los desafortunados reclusos.
Cuando San
Francisco se convirtió en su escala final, estaba preparado para abrazar a las
primeras bandas de la costa oeste como los Germs, Dils, Sleepers y
particularmente The Screemers. ‘Cuando me mudé de nuevo, tardé dos días en
llegar. Llegué por casualidad la noche que The Nuns y Negative Trend estaban
tocando’ Entusiasmado, puso sus planes previamente frustrados en marcha
respondiendo al anuncio de Ray. Después de todo, una de las primeras personas
que conoció en San Francisco fue Will Shatter de Negative Trend. ‘Hey, tu
deberías estar en un grupo’ le informó a Biafra, ‘he estado tocando el bajo
solo tres días y estoy en un grupo’
El siguiente en
responder, después de que Biafra y Ray habían dado vueltas a la idea de la
banda durante un mes más o menos, fue Klaus Flouride, alias de Geoffrey Lyall.
Igual que Ray él era un músico a tiempo parcial, tocando en bandas de New York
y Boston durante varios años. En su Detroit nativo, grababa regularmente los
conciertos de algunos de los intérpretes más legendarios de la ciudad. ‘Había
grabado al principio gente como los MC5, los primeros Stooges, etc.. en el
Grande Ballroom’, dice, ‘eran cintas bastante crudas, pero muy buenas’ Sin
embargo, toda su colección de cintas fue robada de su sótano durante un apagón.
‘estoy seguro de que las llevaron a una casa de empeño y les dieron cuatro
pavos por todo. Las cintas, quien quiera que las tenga, fueron borradas
probablemente para grabar su colección de Fleetwood Mac en ellas. Pero, en
definitiva, pude ver muchas de esas cosas de cerca. Y llegue a analizarlo’.
Se sintió
atraído por la música cuando su hermano y su hermana empezaron a comprarle
discos a mediados de los 50. ‘Yo vi a Buddy Holly en la TV. Vi a Elvis en el
programa de Ed Stasium. Y a Jerry Lee Lewis y todo ese material. Pero fue Buddy
Holly el que me hizo pedirles una guitarra a mis padres como regalo de navidad.
Pensaba que me darían una Stratocaster, que es lo que él llevaba, pero me
trajeron una vieja Stellar acústica de Sears. Y tenía un mástil como la pierna
de un caballo, y yo era un chaval de 8 años. Mis dedos no podían rodear el
mástil. El profesor de guitarra estaba muy frustrado y les dijo a mis padres
que no podría tocar nunca’.
Montó su propia
radio pirata en Detroit antes de mudarse a Boston, donde estudió comunicación.
‘Tuve una radio pirata en Detroit en los años 65/66, y en Boston del 71 al 74.
En Detroit era en WKMA, se llamaba ‘Kiss my Ass’. Básicamente, tuvimos un
montón de problemas en Detroit y nos mudamos a Canadá, donde la FCC (Comisión Federal
de Comunicaciones) no podía tocarnos, y a la Junta de Radiodifusión Canadiense
no le importaba de una u otra forma, ya que no pisábamos a nadie. Y teníamos
cartas de aviso de la FCC. Pero sabíamos que no podían hacer nada. En Boston
era WOMB - ¡Una estación con una recepción inmaculada! Yo estaba en Bacon Hill,
así que tenía buena cobertura sobre el rio Charles – MIT (el Instituto
Tecnológico de Massachusetts), Harvard, la universidad de Boston y toda la
gente del rio, en sus dormitorios. Cuando empecé en Detroit pinchábamos
cualquier cosa, desde Lenny Bruce a los primeros Mothers y material como Iggy
Pop. Al final de la existencia de esa emisora teníamos a MC5 y material
similar. Esto fue antes de que la radio libre surgiera. El transmisor llego ya que
conocíamos a un tipo que era un freak de la ciencia. Y dijo, ‘Oh, yo puedo
construir un transmisor’ ¡Y lo hizo! El primero era una radio de campaña de la
II guerra mundial con una válvula enorme en medio. Se suponía que emitía en
onda corta. Lo llevo hasta la zona de la AM. Pero teníamos que desconectarlo
diez minutos cada hora ya que se recalentaba. Lugo construyo uno mejor
partiendo de cero. Cuando me mudé a Canadá construyo un transmisor de 1000
watios. Pero yo no lo tuve. Se quedo en Detroit con uno de los otros tipos que
llevaban la emisora conmigo’.
Al mismo tiempo
él empezó a tocar en grupos. ‘Cuando empecé al principio a tocar en bandas en
Boston, eran grupos de versiones. Luego conocí a Billy Squier, que tocaba en
Tom Swift and His Electric Grandma. Nos juntamos e hicimos un grupo llamado
Magic Terry & The Universe. Inspirado en cosas como MC5 y Stooges e
involucrado en la escena alrededor de Warhol. Terry era una persona muy
carismática que no cantaba; lo hablaba todo. Hicimos un concierto, tocando con
Ten Years After. Éramos un grupo al estilo Velvet Underground, y los chavales
iban allí en su mayoría a ver tocar la guitarra a un tipo de forma muy rápida.
(Terry) tenía una canción llamada ‘Of America And The Entire Western World’.
Una canción de siete minutos que la tocaba con 8 personajes distintos. Y al
final del repertorio, Terry les enseñaba el culo a los chavales. Pensábamos que
tocaríamos tres o cuatro días, pero nos echaron a patadas después de la primera
noche. De regreso a New York la historia fue ‘prohibidos en Boston’ y todo el
mundo estaba excitado. Pero todo se esfumó. Las compañías discográficas que
estaban interesadas decían, ‘No estamos preparados del todo para vosotros, os
ficharemos dentro de un año. Reúnan material’. No podíamos aguantar un año.
Teníamos 19 años y no queríamos esperar tanto’. En ese momento Jim Morrison le
consiguió una reunión con el equipo que llevaba el management de los Doors,
pero a Terry se le considero, incluso por esos interlocutores estándar,
demasiado volátil.
‘Cuando eso
finalizó empecé a tocar R&B y blues. Eso es lo que hice durante diez años
básicamente, tocar en bandas de blues. Cuando los maestros del blues se pasaban
por aquí, recurrían a nuestras bandas. Albert Collins, John Lee Hooker – gente
así nos utilizaba. Algunos iban a ensayar, otros asumían que conocíamos su
repertorio. Pero teníamos nuestras propias bandas paralelas, bandas estilo
R&B. Y llego un momento en que éramos una pandilla de tipos blancos
desafiando a unos tipos negros para ver quién podía beber más. Me cansé de eso.
Así que decidí echar un vistazo a California y ver si era diferente. Vine de
visita en navidades del 76’. La temperatura estaba creciendo a finales de los
70. ‘Un poco de llovizna, eso fue todo lo que vi. Resultó una increíble y
cálida inmersión en SF. Yo no sabía eso. Pensé, así es como es California.
Regrese a Boston y en ese tiempo estaba conduciendo un taxi. Teníamos tormentas
de nieve sorprendentes en Boston, lo cual era bueno para los taxis ya que la
gente te llamaba constantemente para ir de una parada a la siguiente. Te
sacabas diez pavos por llevar a alguien media milla. Entonces te daba otros
tres de propina y ya había alguien haciendo señas de forma frenética. Así que
me saque lo suficiente para comprarme una furgoneta y mudarme a SF en mayo del
77’
Fue mientras
conducía taxis cuando oyó hablar por primera vez del punk. ‘Pille el primer
disco de Ramones por 50 centavos. Lo llevé a casa, lo puse y me reí de él.
Pensé que era algo divertido, pero amateur, y eché pestes de él. Pero a la
mañana siguiente me desperté con esas melodías rondando en mi cabeza. Y pensé,
ah, es curioso, se ha abierto paso rápidamente en mi cerebro. Así que llegué a
SF. Trabajé de eventual, salía los viernes a tomar algo. Uno de los sitios a
los que iba era el Mabuhay. El primer grupo que me causo impresión fueron The
Zeros. Tenían su base en San Diego y se mudaron a SF. La gente con la que salía
se reía de todo este rollo - ¡es una broma! Yo me sentaba pensando, esto es
intenso. Es lo que solía ser el R&R cuando yo era chaval. Era como Little
Richard y Jerry Lee Lewis y ese material que asustaba a mis padres cuando lo
miraba en el show de Ed Sullivan. Cuando salió Jerry Lee Lewis, mi madre soltó
un suspiro de alivio porque parecía un músico clásico sentado al piano. Empezó
a tocar, algo un poco salvaje, se puso de pie y su pelo se deslizó hacía
delante, y todo se pelo salió volando. Mi madre dijo, ‘¡Oh dios mío!’ Yo estaba
pegado a la TV. Y eso es lo que yo diría que el punk estaba haciendo de nuevo,
mientras que cualquier cosa que pasaba en el R&R de mediados a finales de
los 70 no’
Poco después se
arriesgó con el anuncio de Ray en el Bay Area Musician. ‘BAM era una revista
para llenar el vacío, así que había alguien para apostar por las bandas locales
tipo Jefferson Starship. Ignoraba el punk. Yo estaba mirando por la parte de
atrás y allí estaba ese tipo buscando para montar una banda punk. Y decía –
‘East Bay – que es la parte de la bahía donde Ray vivía – Ray’. Y ya que yo
había estado en SF poco tiempo y no estaba familiarizado con las definiciones,
no estaba seguro si su nombre era East Bay o Ray o East Bay Ray. Así que fui a
lo seguro y le llamé Ray cuando hablamos por teléfono. Le conté la historia un
año más tarde y es cuando él se decidió por East Bay Ray. En el single
‘California Über Alles’ él es Ray Valium.
Se abrió paso
hasta el garaje de Ray para el primer ensayo. ‘Lo primero que (él) me pregunto
fue, ‘¿Puedes tocar Peggy Sue?’ La tenía justo en la cabeza, fue una de las
primeras cosas que aprendí a la guitarra. Estaba a punto de ser una evolución
punk normal. Ray quería tocar algo con ese tipo de sonido sin ser una canción
de Ramones que hubieses memorizado – ‘No vamos al garaje a tocar Sheena is a
Punk Rocker. Vamos a ver si puedes tocar las raíces de Sheena is a Punk Rocker.
Recuerdo una conversación telefónica donde yo mencione la influencia de los
Residents y Devo. La mayoría de la gente nombraba a los Sex Pistols y a los
Ramones. Esto mostraba que teníamos el impulso para hacerlo sonar como algo que
destacara sin ser el sonido genérico’
Y así empezaron
Dead Kennedys. Incluso a día de hoy la visión de su nombre puede llevar a los
no iniciados a un ataque de apoplejía. Fue escogido para simbolizar ‘el fin del
sueño americano y el principio del declive y caída del imperio americano’, un
mito más exquisitamente consagrado que el destino del clan Kennedy. Para la
mayoría de los americanos su invocación, era, y sigue siendo, un sacrilegio. En
lugar de jugar al consenso punk, era una afrenta especifica a la principal
corriente liberal del partido demócrata. Un buen principio.
Ese apodo llego
de Biafra – de forma indirecta. Dado que su habilidad para acuñar nombres de
grupos es legendaria (documentada en su álbum de spoken Word No More Cocoons),
es algo sorprendente que su fuente original fuese un tercero. O más bien,
quizás, terceros. ‘Fue sugerido por dos amigos en la misma fiesta’ recuerda
Biafra, ‘uno de ellos era Rick Scott’. Scott, más tarde abogado de DKs, había
trabajado de contable en Trade-A-Tape, fue manager de The Ravers y se unió al
equipo del programa de radio de Maximum R&R, anterior a su encarnación en
fanzine. ‘El otro era Radio Peter (alias de Mark Bliesener, futuro colaborador
de New York Rocker y editor de Rocky Mountain Musical Express, que fue después
manager de Lyle Lovett, Alan Parsons y The Nitty Gritty Dirt Band). La parte
graciosa es – que solo hace unos pocos años que Rick Scott me contó que sugirió
ese nombre como uno genial ¡después de leer que había un grupo llamado Dead
Kennedys en Cleveland! Después nuestros Dead Kennedys empezaron. Ray Farrelll,
que más tarde llevó SST y fue contratado por Geffen, trabajaba en una tienda de
discos llamada Rather Ripped en Berkeley y decía, ‘Si, vosotros estáis teniendo
buena prensa en Cleveland’ Y yo pensaba, ‘¿Qué? Pille un numero de Cle, la
revista en la que Pere Ubu y los demás salían, la repase y me di cuenta de que
era un grupo completamente diferente. Si hubiese sabido que había otro grupo
con ese mismo nombre jamás lo habría usado’. En realidad, los Dead Kennedys de
Cleveland habían cambiado rápidamente su nombre después de descubrir que ese
nombre era un impedimento para conseguir conciertos’
De hecho,
Bliesener tiene un recuerdo mucho más claro de la procedencia del nombre de lo
que Jon Savage reconocería como ‘el nombre punk definitivo’. ‘A Rick en
realidad se le ocurrió Gang Of Four - ¡antes de que hubiese unos Gang of Four!’
recuerda Bliesener (Gang of Four fue un nombre que coincidía con las
sugerencias de Biafra) ‘Yo he estado llevando el nombre a otras bandas. Se
había corrido la voz. En 1974 me había mudado desde Chicago a una cabaña sin
agua, mi novia se quedó conmigo y tenía un osito que le llamaba ‘Ted Kennedy’
en honor al senador. Una noche que estábamos sentados surgió la idea, ‘Ted
Kennedy – Ted Kennedy – Dead Kennedy’ ¡Que nombre más genial para un grupo! Es
como si estuviera ahí. He tenido una lista de nombres de grupos siempre.
Incluso he estado o he trabajado con bandas toda mi vida. Este acababa de entrar
en la lista. De repente me cambie de Colorado a Los Ángeles, donde yo estaba
tocando con ¿ and the Mysterians. En julio de 1976, justo después de mudarme,
grababa cosas solo por diversión, con el nombre Dead Kennedys en mi mente.
Escribí un par de canciones, una era ‘(just) a Patsy’, después de la frase
famosa de Lee Harvey Oswald, y la otra ‘Jackie’s Song’ Las grabé por el
bicentenario en 1976 (4).
En esa época, a todo el mundo de Colorado le gustaba Mott, los Dolls, la
Velvet, Stooges, Sex Pistols, Phil Spector, los Damned y los Clash – todos nos
conocíamos. Yo tenía una PA, la cual pille por 50$ de la época. Unos eran los
Ravers (cuyo batería, Al Leis, hizo una prueba con los Dead Kennedys cuando se
fue Ted) y dando vueltas con ese grupo estaban Eric y un tipo llamado Joseph
Pope (más tarde detrás de la recopilación Rocky Mountain Low y bajista de la
banda de SST Angst) Recuerdo que todos éramos muy apasionados, con esa
sensación de que, si no tomábamos el control y hacíamos rock de tres acordes,
desaparecería y se convertiría en una pieza de museo. Acabe yendo a la casa de
los padres de Eric, a la habitación de su niñez, llevando mi radio cassette –
grababa los singles que trajo de su viaje a UK.
Aún no podíamos traerlos aquí; Cortinas, Vibrators, X-Ray Spex, creo
recordar. Solo grabando desde su tocadiscos, y probablemente predicando el
evangelio de Phil Spector. Recuerdo decirle, ‘Tengo el mejor nombre para un
grupo que jamás se le haya ocurrido a nadie’ Solo estaba allí. ‘Me sorprendí
totalmente cuando escuché hablar del primer concierto de los Dead Kennedys en
1978. ¡Que guay! ¡Finalmente, alguien ha usado el nombre!’.
4. Una original versión de los Healers de ‘California Über
Alles’ se incluiría como extra en el recopilatorio Rocky Mountain Low, una
cuidadosa selección de la escena de Colorado, editada por Hyperpycnal en 2009.
La recopilación también es notable por incluir las dos canciones de Mark
Bliesener (alias Radio Pete), ‘(Just A) Patsy’ y ‘Jackie’s Song’ grabadas el 6
de julio de 1976 cuando él todavía tenía ‘espacio en la cabeza para Dead
Kennedys’
Biafra tuvo que
usar un pequeño subterfugio para salirse con la suya. ‘Cuando sugerí Dead
Kennedys, Ray y Klaus se opusieron con tanta fuerza que yo sabía que tenía
algo. Asó que le dije a los Dils, Negative Trend y a los otros grupos que Dead
Kennedys era nuestro nombre, ¡y Ray y Klaus no pudieron deshacerse de él!’
Rápidamente empezaron a escribir canciones, pero sus recuerdos sobre la
metodología varían de forma salvaje, ‘Yo tenía uno de esos radio cassettes de
10$’ afirma Ray ‘diferentes canciones se escriben de formas diferentes, pero él
(Biafra) ponía las letras en un cassette y yo las grababa, y le buscaba algún
cambio de acordes más tarde, o justo después algo sucedía. Luego les daba las
cintas con los riffs de guitarra, las líneas melódicas y los acordes. Él se
pondría a hurgar en su libreta de letras y encontraba una que encajase. Otra
forma de sacar canciones era improvisar juntos y grabarlo. Que es como ‘Holiday
in Cambodia’ surgió.
No es como
Biafra recuerda el desarrollo de las canciones, aunque ‘Cambodia’ es una
excepción. Y él es categórico en cuanto a que los conceptos de la gran mayoría
de las canciones eran suyos, y no solo eran las letras, sino que venía con sus
ideas de riffs y música que las acompañarían. ‘Nunca entregue a Ray ninguna
letra para meter dentro de una canción’ sostiene, ‘la única vez que lo he hecho
fue una vez con Carlos,’ Carlos Cardona, alias 6025, fue el segundo guitarra
del grupo durante una temporada, del que todos en la banda se refieren como
‘excéntrico’. ‘Yo salía con Carlos’, continua Biafra, ‘y a ambos nos gustaba la
música rara y estábamos ansiosos por estar en una banda. Después su banda,
Mailman, se separó. Así que le dije, ‘¿Por qué no te unes al grupo?’. Ray
recuerda a 6025 como alguien al que conocía de verlo en conciertos. ‘Él tocaba
la guitarra, así que empezamos a tocar con él. Aportó esas connotaciones del
estilo Beefheart/Zappa’
En esta época,
no tenía llenos los bolsillos de letras de canciones. ‘Realmente tenía muy
poco. Era nuevo en esto. Al final se me ocurrió que, si iba a estar en un
grupo, ayudaría a tener canciones. Si quería buenas letras, iba a tener que
ponerme a escribirlas. Se convirtió en un tema de prueba y error. Al principio,
principalmente, era yo yendo con la canción completa – se la enseñaba de forma
simple con una cuerda a Ray – luego Ray la llevaba a su terreno, como ‘Your
Emotions’. Cuando conocí a Ray fui con mi guitarra y le enseñe lo que luego se
convertiría en ‘Kepone Factory’ (editada en In God We Trust, Inc.), llamada
originalmente ‘Kepone Kids’. La segunda vez le lleve una canción que nunca
editamos, se llamaba ‘Kidnap’, en referencia al caso Patty Hearst, que cumplió
condena por ayudar e instigar a su secuestrador, el auto denominado grupo
guerrillero de extrema izquierda SLA, en un robo a mano armada. La letra se
publicó en Search and Destroy, pero no la incluimos en Fresh Fruit. Creo que la
escribí después de llegar a SF. La tercera fue ‘California Über Alles’ Esa es una
de las pocas que tenía la música en mi cabeza. En realidad, me equivoque con el
riff del verso mientras tocaba el riff en el bajo de mi compañero de piso una
noche. La otra parte vino después’. El borrador original de ‘California’ había
sido escrita por un viejo amigo de Boulder llamado John Greenway, que
interpretaba la canción junto a Biafra como parte de The Healers. Greenway
escribió las letras después de escuchar (voluntariamente o no) el discurso de
Biafra sobre el gobernador del estado Jerry Brown. Los coros, con el distintivo
vibrato/burlón de Biafra, apodado una vez como ‘el theremín humano’, estaban
inspirados en la música japonesa Kabuki. ‘Aunque el tiempo de los coros me
parecía perfectamente lógico a mí, les llevó un mes al resto pillarlo. No está
en ningún ritmo convencional ni nada parecido. No me preocupaba eso, yo solo
invento el material’
Ray se muestra
bastante animado en discutir esto. ‘Aquí está el problema: cuando es material
que hago yo, siempre es la banda. Cuando es material que hace Biafra, siempre
es solo él. Así es como Biafra les da un giro a las cosas. Él no quiere dar
crédito a nadie en la banda. Todo el mundo en la banda era así, yo sentía que –
todos trabajábamos para hacer las canciones tan buenas como fuera posible. El problema
es que él dice esto, esto y esto. Y las otras personas, si no ponen algo
igualándolo, parece como si él lo hubiera hecho todo. Biafra está mucho más a
gusto hablando de él mismo de lo que lo estamos Klaus o yo mismo. Somos más
relajados, gente de perfil bajo. ¡Él es el cantante! Los cantantes hablan en
primera persona mucho. Realmente Klaus era decisivo en la composición, pero él
no quería ningún crédito por ello. Todo el rato Biafra dice ‘su’, Klaus y yo es
de lo que él está hablando. Tengo un problema de equilibrio en eso… porque en
realidad todos trabajamos para hacer las canciones’
Biafra insiste
que más allá de esos primeros esfuerzos, nunca tuvo una libreta de letras en la
que hurgar. ‘Hasta el día de hoy, nunca doy por terminado nada a menos que lo
vaya a usar. Había cintas con riffs grabados que él (Ray) me daba más tarde.
Esos riffs se esparcieron por las canciones de (los discos siguientes de Dead
Kennedys) Plastic Surgery Disasters y Frankenchrist. Alguno en Bedtime For
Democracy. Todos están acreditados consecuentemente. Al menos lo eran antes de
que mintieran y cambiaran todos los créditos de las canciones. Pero en Fresh
Fruits, los créditos originales, la mayoría de las canciones fueron escritas
por mí. Si yo no las hubiese llevado, arreglado y todo lo demás, ellos no
existirían. No han disputado esos créditos originales en veinte años’
Lo que todas
esas primeras canciones tenían, desde el comienzo, eran latigazos de sarcasmo.
‘Pienso que el humor puede ser un arma poderosa. ¿Por qué sino Charlie Chaplin
fue expulsado de los USA durante la era McCarthy del terror rojo?
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