En el siguiente par de años, el desmantelamiento de la
mayoría de las escenas eliminó, hasta cierto punto, las rivalidades
territoriales. Con la evolución de pequeñas camarillas a grandes grupos dispares
de personas que incluso no conocían a las demás, la calidad de la música se
convirtió en una consideración más amplia con la que juzgar una banda, más que
si ellas encajaban en un estándar local de lo que molaba. Aun así, las
estrechas definiciones de ‘hardcore’ dieron lugar a que algunas grandes bandas recibieran
críticas.
TSOL fueron una de las bandas más excitantes de California
en 1982 desde la perspectiva musical e interpretativa, sin embargo, fueron
criticados por no ajustarse a las distintas expectativas. La información que
dio a la peña de Dischord en DC Henry Rollins sobre la costa oeste fue que
ellos eran ‘estrellas del rock’, una acusación en gran parte debida al hecho de
que estaban a punto de volverse tan populares como Black Flag. John Stabb, que
era un gran fan de TSOL, recuerda abrir para ellos con Goverment Issue en DC:
‘Tenía a mucha gente dándome por culo, por gustarme TSOL.
Cuando sacaron Dance With Ne, a mí me gustaban los Damned, y pensaba ‘esto es
diferente, esto es diferente a Black Flag, Germs o a cualquier otra cosa’. La
gente me decía ‘no lo entiendes, los TSOL son estrellas del rock, unos maricas
glam’ y yo pensaba que molaba que ellos molestasen a la escena hardcore de DC.
Salían con la cara blanca, y Jack era como un mimo punk. Todo el mundo se
quedaba mirándolos en silencio como, de acuerdo, los maricas glam de California
están aquí. En el backstage estaban tomando cerveza y Jack se estaba poniendo
nervioso, y cuando le dije que todo el mundo estaba disgustado con los maricas
glam, él empezó a destrozar el camerino. Yo le dije, no, cálmate, sal y
patéales el culo en el escenario’
Después de ese concierto, se dijeron algunas cosas sobre
zurrarles cuando regresasen a la ciudad. No había nada que lo respaldase,
especialmente porque el friki y sabelotodo Brian Baker, el miembro más joven de
Minor Threat, era una de las fuerzas principales detrás de la agitación contra
TSOL. Con el anuncio de Tesco Vee en el zine Touch and Go – Vee se atrevió a
hacer una canción contra ellos con Meatmen, TSOL are Sissies – Baker
nacionalizo la campaña con un rudimentario dibujo amenazando con represalias
contra la banda. (Mucha gente en DC asumía que Ian Mckaye cantaba sobre Brian
Baker en la canción Small Man, Big Mouth)
‘Ellos nos dieron por culo’ recuerda Jack Grishom de TSOL.
‘Mucho fue por Henry Rollins. Ese era su ataque. Henry arruino a Black Flag.
Cuando sacamos ese primer disco que hicimos, todo el mundo nos miraba y decía,
Hardcore de California, una banda skin. Y luego venían a vernos y éramos
melenudos cargados de cerveza ya que ya habíamos pasado nuestro rollo skinhead.
Hacíamos eso, y ahora estaban todos esos skinheads, así que dejamos crecer
nuestro pelo. Y como sois Straight Edge, vamos a beber. Éramos unos cabrones
con la gente incluso entonces’.
‘Y cuando Henry nos vio, le jodió. Estaba disgustado. Éramos
criminales. Ellos nos querían con ideales, y fue del mismo modo con Biafra,
ellos esperaban que tuviésemos ese tipo de ideales hardcore’.
Esperando resolver las cosas antes de salir gira
en verano, los nuevamente reformados Minor Threat se encontraron en problemas
por la cruzada de Brian Baker. Sin saber o preocuparse exactamente de cuál de
ellos estaba detrás de los comentarios, Grisham recuerda con disgusto su
contacto con Ian Mackaye.
‘Lo que era divertido es que Henry e Ian eran amigos, ellos
nos echaron todo tipo de mierda como ‘La Fuerza de Ataque de DC está esperando
a TSOL’, fuerza de ataque skinhead. Toda esa mierda venía sobre nosotros desde
DC. De todos modos, llegamos allí y no hubo un puto problema. Tocamos, nadie
hizo nada, no fue un gran negocio, y nos separamos. Luego, Minor Threat
vinieron a la costa oeste, y ahí es donde vivimos. De repente Ian llama y
quiere hacer las paces, quería enderezarlo todo. Yo podía haber sido un
auténtico cabrón y decir, ‘No, ven a la costa oeste, y veremos’. Eso fue
divertido, porque nadie de nuestra banda mide menos de 1,80. No éramos solo
criminales, sino criminales altos’
Aunque Mckaye era un matón, sabía que estaba tratando con
una liga de personas totalmente diferente. Por añadidura, no era su batalla. Se
vio a si mismo demasiado a menudo irritado por Brian Baker, y tuvo que arreglar
con otros los problemas causados por su bajista. Aun así, Mackaye expresaba
sorpresa en la época cuando las cosas no pintaban bien cuando regresaban a L.A.
Se quejaba en verano de 1982 en Flipside:
‘Llegamos de gira e intentaron golpearnos – en el Barn, ¡Ron
vino a golpearme en la cabeza con un cinturón! ¡Y amenazaron con hacer daño a
Brian y es una gran estupidez!’
Para Grisham, es increíble pensar que Minor Threat pensase
que no iba a haber repercusiones, y que ellos incluso se habían atrevido a
amenazar a TSOL en primer lugar. Fue otra de las primeras lecciones del poder
en la viña del underground. Muchos punks solían hablar libremente de que ellos
zurraban a cualquiera que les disgustase sin pensar en las consecuencias.
Incluso ni siquiera pensaban si el objetivo los había escuchado o si supiesen algo sobre ello, no tenían ni idea si pasaría por muchos filtros y
permutaciones para cuando el objetivo se enterará. Y, además, tenías que ser
capaz de respaldarlo. Con TSOL, todo lo que algunos punks vieron era el
maquillaje y lo teatral, sin tener ni idea del elemento callejero de Huntington
Beach que llevaban detrás de ellos. El tamaño de la cepa underground fue una
continua apertura de ojos para un montón de bandas. Acostumbrados a ser
deshechos de la sociedad, encontraban que un sorprendente número de personas
les prestaban atención, mientras que incluso los únicos que no se los tomaban
en serio se rascaban la cabeza con incredulidad.
‘Con tantas bandas siendo tan nuevas’, decía Bob Mould en
una entrevista de 1983 a Alternative América, ‘muchas no aceptan la
responsabilidad que viene con esto. Cuando intentas dar un mensaje importante a
la gente, con declaraciones en contra de la guerra o antinucleares, tienes que
ser cuidadoso cuando dices cosas a la gente. Cuando estas en el escenario, eres
muy persuasivo con el público. No pienso que muchos chicos, especialmente las
bandas más jóvenes, se diesen cuenta de que se podían meter en problemas por
decir o hacer una cosa u otra. Es la forma más rápida de perder credibilidad’.
Aunque para 1982 el punk se había extendido como un virus
por todo el paisaje americano, todavía eran solo los grandes nombres punk en su
mayor parte quienes giraban de forma amplia. Parte de la mística, los rumores y
el entusiasmo insaciable sobre las bandas se debía a sus evasivas. Conseguir su
música era difícil, incluso más que encontrar entrevistas suyas en pequeños
fanzines fotocopiados. Mi hermano consiguió ver a Circle Jerks en el Cuban Club
de Tampa en el 82, pero experimentó también a los Bad Brains, que no le
gustaban tanto como debería haber sido. Recuerdo haber sentido
envidia porque mi hermano consiguiese ver como ‘gran nombre’ una banda como
Circle Jerks, e impresionado por cómo su camisa estaba destrozada,
por batirse en un pit lleno de gente con tachuelas y púas. El salía al mundo del
‘hardcore real’ mientras yo estaba estancado en el instituto.
Para muchos que no se habían introducido en el underground
de forma profunda, bandas como Circle Jerks o Black Flag eran el Santo Grial y
su introducción al punk rock. Mi amigo del instituto Mike Flaugh recuerda bajar
a ver a Circle Jerks en Fort Lauderdale, y entrar al club 4 horas antes ya que
pensaba que estaría todo vendido. Para él eran como los Beatles. El concierto,
en un viejo club de striptease, atrajo solo a unas 20 personas, así que la ansiedad
de Mike no estaba injustificada. Sin embargo, el tipo de la puerta les dejo a él y
a su colega entrar a conocer a la banda, y Mike estaba asombrado. No se podía
creer que estuviese hablando con los Circle Jerks.
Eso era lo mágico de esos primeros días del hardcore en
América fuera de las escenas de las grandes ciudades, e incluso en ellas hasta
cierto punto. Había mucha incertidumbre, mucho de imprevisto en ello. Muchas
cosas se unían para ti para tener la oportunidad de ver a una banda punk,
incluso escuchar que estaban tocando por primera vez. Sin garitos establecidos,
todo era el boca a boca. Entonces tenías que darte cuenta de donde estaba el
club, conducir una larga distancia hasta el show, y pedir al infierno que la
vieja furgoneta destartalada de la banda no se haya roto en mitad de ningún
lugar. DOA condujeron una vez 62 horas - una buena parte de ello a través de
una ventisca infernal – para dar un concierto en NYC que se clausuro antes de
que ellos pudiesen tocar.
Kenny Inouye de Marginal Man contó una historia de su
furgoneta cómo su caballo de batalla en la que ellos giraban, que resulta
familiar para cualquier miembro de una banda que giraban por toda la nación.
‘Íbamos a hacer un concierto en Atlantic City, y la furgoneta
se murió en el camino. Se paro de repente, la empujamos a golpe de hombro. En
el Jersey Turnpike hay camiones de remolque que hacen estos circuitos de ida y
vuelta. Nos dimos cuenta del tiempo que nos llevaría caminar hasta la próxima
área de descanso. Así que nos fuimos a dormir. El conductor del remolque asomo
la cabeza. ‘¿Hay alguien vivo ahí?’ Nos remolcaron a un garaje donde el
mecánico dijo, ‘bien, necesitáis un motor nuevo’ En ese momento no teníamos
tiempo para profundizar en ello – Pete es bastante bueno con los motores – ya
que estábamos cansados. Llevábamos en la carretera 30 días y 28 conciertos’
‘Parecía que no íbamos a hacer ese show ya que no había
forma de conseguir llegar al show, así dijimos, ‘vale, ¿cuánto sería?’ ‘Ahhh,
serán 800 pavos’ Mirando atrás no parecía un mal precio, pero era lo último que
querías escuchar en esa época. Descargamos el material de la furgoneta y
alquilamos un UHaul, una de esas cajas de equipaje sobre una furgoneta. En la
parte delantera solo cabían 3 personas, así que nos pusimos 2 detrás con el
equipo. Debatimos, y Andre y yo fuimos los que nos quedamos en la caja las 3
horas y media de camino a casa’.
‘Era como una privación sensorial, está oscuro. No sabes
hacía donde vas. La única forma de ver tu alrededor es con una linterna. De
repente escuchamos esos ruidos fuera y nos dimos cuenta de que estaba
lloviendo. Luego sentimos el agua entrando. No estaba preparada para el agua,
así que agarramos las linternas e intentamos cambiarlo todo para que no se
mojase y estaban avanzando a 60-65 mph, con baches, y nosotros en la caja
sacudiéndonos. Estábamos intentando colocar el material y si querías hacerles
parar – si querías ir al baño – tenías que llorarles y esperar que te
escuchasen. Y no sabes si te estaban oyendo. Era horrible’.
Sammy Town era el cantante de Fang, tenía una clásica historia
de furgoneta girando por Canadá que le contó a Flipside después de acabar un
show en Edmonton.
‘Hicimos un concierto y paramos en un bar para comprar
cerveza para la fiesta de después. Uno de los locales y yo fuimos a comprar
unas pocas cajas y cuando caminábamos hacia el camarero que se imaginó al tipo
local, erróneamente, como un tipo que había estado pasando dinero falso por
todo Canadá. Pensamos que finalmente todo estaba bien cuando él nos vendió la
cerveza y nos dejó marchar. Poco supimos en ese momento que el gorila nos había
seguido hasta la furgoneta y les paso nuestra matricula a los polis. Entramos y
festejamos un rato, pero teníamos que salir sobre las 3 AM para hacer nuestro
siguiente show. A Joe le tocó ser el conductor, así que nos apilamos en la
furgoneta para ir a nuestro rollo por la autopista. Paso solo media milla antes
de que nos detuvieran. Estaba sentado a su lado y Joe me gritaba para que
intercambiarle el sitio ya que él no tenía permiso de conducir’.
‘Incluso aunque yo estaba cagado me cambie de sitio con él
justo a tiempo antes de que llegase el equipo SWAT y nos arrastrase a todos
fuera, haciendo que nos arrodillásemos, esposados en medio de la lluvia.
Nos tenían catalogados como una red internacional de
falsificación. Según nos metieron en un coche de policía descubrí quien estaba
al cargo y le convencí para que investigara cuando se habían pasado los
billetes falsos y chequear con inmigración para que le mostrasen que solo
llevábamos en el país 3 días. Los polis sabían que estaba borracho como una
cuba, pero cuando descubrieron que los billetes estaban en circulación antes de
que entrásemos en el país, creo que se avergonzaron un poco por llamar a los SWAT,
y nos dijeron que nos metiésemos en la furgoneta y nos pirásemos de la ciudad’
Si la banda llegaba al show y tú
también, tener la oportunidad de conocerlos era la parte fácil, ya que el punk había
derribado las barreras entre el fan y los intérpretes. Tener héroes molaba más
si podías hablar con ellos. Cualquiera que fuese a un par de shows aprendía
pronto que tener acceso a charlar con la banda era la regla, no la excepción.
El backstage se convertía en algo más que en una sucia trastienda, no solo un
dominio sagrado. Entonces te dabas cuenta de que eran gente como tú, te
inspiraban a que te involucraras en la escena, y eso antes de saber si eran
compañeros. Los Big Boys hacían un parón para decirle a la gente en cada show –
‘¡Ahora, montad vuestra propia banda!’
Más allá de quedarme atrapado en una habitación con un
patético deportista de la escuela preparatoria de Pensilvania, que insistía en
tocar versiones acústicas de Roxanne y Message in a Bottle hasta que quisiera
arrojarle por la ventana, el principio de mi primer año en la escuela Swarthome
en el 1983 no fue tan malo. Inmediatamente me vi atraído hacía la emisora de
radio de nuestro campus. Solo había un tipo en la emisora que tenía un programa
de hardcore, un estudiante de último año que tenía el nombre radiofónico de
Bugs. Quería hacer equipo con él en un hueco de la noche, y volví a la emisora
con una vasta selección de… una docena de discos punk. Teníamos a Fear, Black
Flag, Circle Jerks, Dead Kennedys los Germs y otros más, pero con la mayoría de
las bandas bien conocidas de la costa este yo tenía un prejuicio arraigado.
Algunas excepciones eran los discos Walk Among Us de Misfits y Forever Grounded
de Effigies. Tenía más del triple de lo que tenía la emisora en mi propia
colección, lo que me permitió pasar a sufrir la franja de las dos de la mañana
"con la que pagas la cuota’, dándole a otro de primer curso la oportunidad
de tener un programa.
Había una pequeña indicación de que nadie del gran mundo más
allá del campus nos estaba escuchando, pero sabíamos que nadie, era mucho en el
campus. Seguimos poniendo melodías thrash, una detrás de otra, con la esperanza
de satisfacer las necesidades de alguien en algún lugar de los suburbios de
Filadelfia. ¿Dónde sino nadie iba a escuchar a White Cross, Tervet Kadet,
Adrenalin OD y a los Bad Brains a la misma hora? De vez en cuando recibíamos
una llamada que nos indicaba que había vida que se dedicaba al punk, pero
normalmente eran peticiones de Sex Pistols o de los DKs.
La escena musical en Philly estaba en un punto de inflexión
en 1983, aunque había una escena punk incipiente que montaba conciertos en
cualquier lugar que pudiesen alquilar. Había estado subiendo y bajando en los
pocos años anteriores, mostrando grandes promesas y después colapsando para
volver a alzarse de nuevo. Los primeros conciertos tuvieron lugar en el Hot
Club, donde Dead Boys, Cramps, Elvis Costello, Devo e Iggy Pop habían tocado. Omni
habían sido odiados y amados por los fans locales, llevando un montón de grupos
como los Dead Kennedys antes de incendiarse. El hardcore empezó a coger fuerza
en Philly en 1981, según el miembro de la escena Brett Tobias:
‘El Elk Center entre la calle 16 y Fitzwater fue el
principio del auge de la escena de Philly para todas las edades como una fuerza
a la que contemplar. En 1981 montaron el primer festi punk de Philadelphia con
las bandas locales Sadistic Exploits, Decontrol y otros más, y creo que convencieron
a Anti Pasti de Inglaterra para tocar después de su show en el East Side Club’
Sadistic Exploits fue la primera banda de estilo inglés que
se formó en Philadelphia, y mucha de la primera escena giraba alrededor de sus
shows. Establecieron enlaces con NYC y tocaron en conciertos en el CBGB y
llevaban bandas como Mob a tocar con ellos en Philly. El Elks Center era el
garito habitual entre los años 81-82 y los Bad Brains tocaron allí también
además de en el East Side Club en diciembre de 1981. El camarógrafo Steve Eye
lo recuerda:
‘Creo que filmé el primer concierto de los Bad Brains. No
sabían lo que era el video. Preguntaban ‘¿quieres decir que lo reproduces y
podamos verlo?’ No fue hasta años más tarde que me senté con Ian Mckaye y me
enseño algún metraje primerizo de DC cuando me di cuenta de que no era lo
primero’
Los conciertos también tuvieron lugar en el Starlite
Ballroom en Kensigton, el degradado gueto blanco donde las escaramuzas entre
punks y locales eran parte habitual de los eventos. Kensington era el
equivalente local de Philadelphia al South Side de Boston, un barrio llamado
Fishtown, que era la zona más dura de pobres blancos y clase trabajadora de la
ciudad. Fishtown se ganó su nombre en esos días cuando se llenó de ahumaderos que
manipulaba la mayoría de los peces traídos al río Delawere. Se veía como el
bastión de los últimos anglosajones de Philly entre el domino negro del norte e
italiano del sur. Los foráneos eran raramente bienvenidos, particularmente si
llevaban crestas o pelo de punta. Se vio la necesidad de conseguir mejores
garitos para montar shows de forma habitual.
Nancy Petrillo era amiga de Stadistic Exploits, quien se fue
a California en 1982 y conoció a los hermanos Stein de Youth Brigade y BYO.
Ella regresó con la idea de montar Philly BYO, y una cantidad de la gente
dedicada a flotar la nueva escena se unió a ella -la fotógrafa Allison Raine,
el cámara Steve Eye, el DJ Jeff Jenkins, el reportero de MRR de la escena
Ronald Thatcher y muchos más. Gracias a su implicación, Petrillo conoció a Al
Barile de SSD y se casó con él. Steve Eye recuerda que estaba patinando cuando
abrió los ojos por primera vez para ver lo que estaba sucediendo con la música
underground.
‘Yo era uno de los artistas residentes de Cherry Hill’, recuerdo
de los estanques de hormigón que formaron uno de los parques de patinaje más
famoso de la costa este. ‘y venían siempre aficionados desde California. Creo
que fue Brad Browan quien me descubrió a Black Flag. Me dijo, ‘tienes que echar
un ojo a este 7”, Jealous Again’ Y así fue. Cuando los Circle Jerks abrieron
para los Stranglers, estábamos como hey, ¡ahora tenemos nuestro propio punk
rock!
‘Era el único que no tenía miedo de llamar a gente como
Black Flag, Minor Threat y Circle Jerks y preguntarles si vendrían a tocar.
Todo el mundo estaba intimidado’
La noche del Buff Hall estuvo cerca de acabar en tragedia,
ya que un conductor descontrolado se estrelló de frente con la furgoneta de
SSD. Ian Mckaye estaba en la trayectoria de su furgoneta y acabo con su cabeza
y piernas lesionadas. El conductor se largó, dejando a Mackaye sangrando en la
calle. Se apresuro al hospital, recibió tratamiento y llego a tiempo de tocar.
‘Su cabeza estaba todavía sangrando’, recuerda Steve Eye,
cuya filmación está incluida en la edición en DVD de Minor Threat de 2004, ‘y
él estaba muy dolorido, pero hizo un show increíble’.
Desafortunadamente, la sala estaba en una parte de la ciudad
excesivamente peligrosa, y un buen número de punks fueron golpeados y atracados
viniendo o regresando del show. Los organizadores BYO habían montado una
lanzadera desde la estación del tren para la gente, desanimando a cualquiera a
caminar por las calles, pero no todo el mundo se tomaba las amenazas
seriamente. Aunque se agradecía que al menos los policías estuvieran bien educados
en comparación con los brutales de Philly, pero era sobre todo porque los polis
no tenían interés en entrar al barrio. Las cosas podían haber sido peor en el
concierto si no fuese por la ayuda voluntaria de los Ghetto Riders, y de todas
las pandillas de motoristas negros cuyo cuartel general estaba pegado al club.
‘Ellos veían a todos esos punks con sus chupas de cuero, y
decidieron que les caían bien’ recuerda Steve Eye. ‘Ayudaban a mantener las
calles seguras alrededor de la sala e incluso entraban y hacían algo de ruido’
Después de que tuviesen lugar los conciertos, los Philly BYO
se veían animados por los resultados y alquilaron un edificio de tres pisos en
la 3ª Avenida.
‘Un piso era para patinar, otro era una tienda y el otro
piso para montar conciertos’, dice Steve Eye. ‘Tuvimos un par de shows allí,
los Crucifucks tocaron en uno, pero después descubrimos que teníamos vecinos.
Se asustaron, tenían contactos con el alcalde y nos quitaron el contrato de alquiler.
Perdimos nuestra rampa de patinaje y todo lo demás. Eso fue le final de Philly
BYO’
Love Club eran un garito para mayores de 21 en Broad and
South, el cual se convirtió en un antro para todas las edades llamado Love
Hall. El edificio pegado a la esquina se quemó, y Love Hall sufrió daños a
causa del agua, lo cual hizo el edificio inestable’
‘Después del incendio se hicieron algunos conciertos’, dice
Brett Tobias, ‘pero con todos los punks bailando allí podías notar el edificio
balanceándose de lado a lado’
Los shows a primeros del 83 se mudaron al West Side Club, lo
cual era un estrecho sótano del DJ Jeff Jenkins de la Drexel University, detrás
de Drexell estaba Spring Garden Street. Las fiestas de Video se celebraban
periódicamente para sacar dinero para BYO, y Steve Eye recuerda gente como
Zeke, Tristan y Chuck de McRad venir para ver películas de Bad Brains una y
otra vez, hipnotizados por las volteretas de HR y la energía de la banda.
Ripley contrataba habitualmente grupos como Revillos, pero uno
de los mejores clubs de la época estaba en East Side Club. Para la época en que
llegue se habían dejado de montar conciertos punk, pero atrajo a otro montón de
bandas interesantes. Nuestra emisora de radio tenía libre acceso a los shows en
el East Side Club y la oportunidad de entrevistar a las bandas después del
concierto. Mi primera incursión al club – todavía era un menor de edad en
posesión de la invalida ID de mi hermano – fue acompañar al manager de la
emisora a ver a los Sonic Youth y entrevistarlos después. Ellos acababan de
editar Confussion is Sex, el cual apenas había escuchado y no era mucho más que
ruido para mí. En ese estadio de mi desarrollo musical, el ruido necesitaba un ritmo
thrash o simplemente no valía la pena. Recuerdo escuchar la estática en la
radio del coche una vez , por error, y como tenía por detrás un ritmo rápido,
pensaba que era genial.
Me encontré con la banda en el club y fuimos a la esquina a
cenar con ellos. De regreso al club, un Camaro paró en la calle y nos llamó para
preguntarnos la dirección del club. Había dentro dos típicos personajes de
Philly – una chica con un peinado de los 80 y un tipo estilo Stallone – y no
tenían ni idea que estaban preguntando la dirección a la banda que esa noche
iba a tocar (y la verdad es que no tenían ni idea, igual que yo, sobre lo
grande e influyente que esa banda se haría) Thurston Moore salió corriendo
hacia el coche gritando teatralmente ‘¿Qué quieres saber?’
Me pareció un comportamiento extraño en esa época, pero
asumí que era porque realmente a ellos no les importaba si la gente los veía o
no. Si te gusta su sonido, vas a necesitar algo más que alguien encarándose a
ti para despistarte. Él cedió y les dio la dirección cuando no parecían
afectados por la agresión. La banda se daba a un comportamiento imprevisible en
esos días, algo influenciado por haber girado con los Swans el año anterior.
Moore se lo contaba a Forced Exposure en 1985:
‘Los Swans se habían convertido en un grupo que eran muy
exagerados y brutales sonando. Y empezamos a tener un tipo de sonido más físico
y cortante. La gente que escucha el primer disco venía a vernos y estábamos en
el escenario golpeándonos a nosotros mismos. Mike Gira parece un demente y él…
recuerdo en Athens que había un chaval bailando pogo entre el público mientras
estaban tocando los Swans. El chaval estaba riéndose con su novia y
divirtiéndose con la música así que Mike saltó desde el escenario y le machacó
contra el suelo. Y después la canción acabó cuando él regreso al escenario y dijo,
‘lo siento, pero te estabas divirtiendo demasiado. Estamos todos en un estado
de angustia’
Nuestra entrevista de radio tuvo lugar antes del show, con
los Sonic Youth de lado a lado en un sofá de una habitación sórdida del club.
Pronto se vio que yo no iba a jugar ningún rol en la entrevista, y rápidamente
perdí el interés en el procedimiento. El manager de la emisora les hizo una
interminable avalancha de excesivas preguntas intelectuales sobre la influencia
del ruido de una fábrica en su música y otras cuestiones sobre música
industrial, lo cual, obviamente, les aburrió después de la primera media hora.
Cuando mi jefe paró la grabadora después de 45 minutos,
Moore estaba inquieto.
‘¿Qué pasa contigo?’, me preguntó apuntándome con el dedo.
‘¿No tienes ninguna pregunta?’
Lo miré con sorpresa, sin estar preparado para estar en la
pelea. No tenía ni idea de que preguntar a esta gente. Nada que obtuviera la
aprobación crítica de mi manager de la radio. Aunque tenía que salir con algo.
‘Uh, ¿Cómo de grande son tus zapatos, Thurston?
Mientras que el manager se maldecía a si mismo por haberme
llevado, había una expresión obvia de alivio en la cara de Thurston. Aquí había
algo concreto. Resultaron ser una 14, una talla más grande que la mía, y
cambiamos brevemente la charla sobre zapatos del tipo grande antes de que mi
jefe tomara la entrevista de nuevo y la banda retomó su inquietud. Años
después, leí una entrevista a Rob Wright de la banda canadiense NoMeansNo en la
que expresaba una apreciación por este tipo de conversación. Él sentía que los
artistas se protegen a menudo demasiado en su alienación por hablar mierdas
altisonantes, mientras que desde que pasó la mayor parte de su vida sintiéndose
anormal, se sentía más cómodo teniendo conversaciones normales con gente normal
sobre cosas relativamente mundanas.
Mi primer concierto hardcore punk, junto con mi introducción
en la escena punk de Philly, vino durante el otoño del 83. Un espectáculo de 6
bandas tuvo lugar en el segundo piso de un edificio viejo llamado Longmarch
Hall en la esquina con Broad of South, detrás de donde había estado el Love
Hall. Un club de jazz abrió una noche con el nombre de Longmarch Jazz Accademy,
pero alguien fue apuñalado, y el garito no volvió a ser usado hasta que los punks
lo descubrieron y empezaron a montar shows allí. Fui con grandes expectativas
de música potente y de poder bailar slam por primera vez. El cartel era Rude
Awakening (Delaware), Y DI (Philly), Iron Cross y Void (DC), Antidote (New
York) y Necros (Ohio)
Eric DeJesus, que publicaba elzine Raw Pogo on the Scaffold,
recuerda la primera vez que vino a Philadelphia, entrando con un grupo de punks
del Leight Valley. Había punks que venían desde cientos de millas – State
College, Harrisburg, North Jersey, New York, DC – para una de las primeras
grandes reuniones en Philly desde el show del Buff Hall. Los punks de Leight
Valley llegaron 5 horas antes, pero Jim McMonagle de FOD reconoció a uno de
ellos como su colega con el que hizo slam en el concierto de Dead Kennedys, y
los mandó en dirección de la tienda de discos local.
‘Nos encontramos esos tipos de NYC que bajaron en trenes de
carga a ese show’, recuerda DeJesus. ‘Ese tipo de cosas lo marcaron para mí.
Desde ese momento estuve metido en el hardcore hasta dos años después’
Mi primer intento de slam me hace sentir mal en
retrospectiva, y me muestra que fue un producto de la entusiasta, pero
desorientada cultura punk que estaba teniendo lugar. Había una etiqueta
elaborada para el slam que tenía que ser seguida para hacer que el caos
aparentemente violento sea inofensivo para sus participantes. No podía
funcionar con solo media docena de personas en un pit grande, que era muchas
veces lo que ocurría durante esos shows. Yo ignoraba esos matices. Mi
entendimiento era que era como un juego de coches de choque humanos o una carrera
de demolición, en la que te marcas un objetivo al otro lado de tu posición,
cargando a tope contra él y luego contra otro. Recuerdo hacer esto y golpear a
un chico desconcertado de la mitad de mi tamaño en el culo, sonriéndole
ampliamente, ayudándole a levantarse del suelo y cargando de nuevo. Yo era un
idiota, pero amistoso. Afortunadamente la escena de Longmarch no estaba muy
cohesionada y yo era muy grande, de otro modo me habrían pateado el culo
merecidamente’
Las bandas inspiraban solo un completo abandono. Y DI era
una de las bandas hardcore más poderosas de Philly, encabezadas por su
imponente cantante de color Jackal. Causaron una gran impresión en Bob Mould de
Hüsker Dü cuando vinieron, y los menciono en Void como una de sus dos bandas
favoritas de la costa este de esa época.
‘Nuestro show tenía siempre un aura de intensa violencia que
proyectábamos en el escenario’, recordaba Jackal en el website Hardcore Hall of
Fame. ‘La energía violenta que venía de nosotros no estaba maliciosamente
dirigida a nadie en particular. Era una liberación de toda la mierda reprimida por
ser pobre, aislado, incomprendido y odiado por la población en general. Así que
cuando estábamos en escena ¡dejábamos salir toda esa mierda! El público
sentiría nuestro odio y se volvería loco de remate. ¡Brazos que se agitan, botas
que pisan fuerte y cuerpos que se estrellan!
Void eran legendarios por la potencia de sus shows en vivo.
Como Scream, eran una de las primeras bandas de Dischord que solo eran medio
aceptados en la escena de DC ya que eran de Columbia, Maryland. Mientras que
Dischord les edito un compartido con The Faith, descubrieron que cuando
llegaban para compartir carteles en la ciudad, eran olvidados. Aunque fuera de
DC, crearon una impresión mucho más grande que muchas otras bandas. Fueron una
de las primeras bandas en tener sonido Thrash Metal, y el fervor abrasador de
la guitarra de Bubba Dupree dejaba a un motón de punks asombrados.
‘Todo es tan jodidamente bello y multitudinario en el
gigantesco Longmarch’, escribía DeJesus en Raw Pogo on the Scaffold. ‘Es
terrorífico y real. No puedo respirar. El único lugar desde el que puedo ver
algo es desde los lados del escenario con otros 70 chavales empujando,
balanceándose y actuando demencialmente porque ¡VOID ESTA APUNTO DE EMPEZAR! Y
Void son la única banda que me atemoriza. Y Void son la única banda que hace
que los chicos de la costa este se vuelvan criminalmente locos’.
Mi concesión a llevar algún uniforme punk, que empezó en
este show, era dibujar los nombres de mis bandas favoritas que había llegado a
ver sobre una camiseta blanca escrita con un marcador rojo. La camiseta
rápidamente acabo desgarrada con el slam, así todo se convertía en lo más punk.
Cada escena llevaba un estilo diferente, lo cual DeJesus lo describió en Raw
Pogo:
‘Tenía una vieja
chaqueta de golf MacGregor con tela escocesa dentro y el símbolo LVHC cosido
con imperdibles en la espada. Tenía unas botas antiguas de combate Carolina
pintadas con spray negro. Llevaba los pantalones Beaver Cleaver enrollados y
con corte de pelo Sugsy. Puse la portada del LP Still Screaming en mi camiseta
blanca con las letras también. La gente de North Jersey parecía basureros. La
gente de DC apareció y todo el mundo se giraba y miraba. Su estilo con chupas
de cuero limpias y XXX en sus espaldas y largos gorros de dormir con su pom-pom
al final’.
Los Necros tenían un enérgico cantante que parecía una bola
de boliche, Barry Hensler, que era un elemento. Parecía un pequeño y divertido
gordito chico del medio oeste que atasco su dedo en un enchufe y se volvió
loco. Corey Rusk, el bajista, era el responsable del zine Smegma Journal y
fundo el sello indie Touch and Go antes de cumplir 18 años. Como muchas otras
bandas del medio oeste, eran chicos con los pies en el suelo a los que les
gustaba tocar su música y ayudar a otras personas a hacerlo, pero querían
mantener el control de la realidad por no rodearse ellos mismos de otros punks.
Preguntados sobre la vida en el norte de Ohio, Rusk le contaba al OP zine en
1983:
‘No es un lugar para ir a conciertos. No es un lugar donde
hay una escena. Es un lugar para pasar el rato donde no tengas que estar
rodeado de gilipollas. Todo son gente que no es como nosotros. Esto mola. No
tienes que aguantar que pase gente que no te gusta, como la gente de los
conciertos’.
‘Cuando empezamos no había escena en Detroit (60 millas al
norte)’, le contaba Rusk a Tim Tonooka de Ripper en 1983. ‘Nosotros lo fuimos.
En el pasado era más fácil impactar a la gente. Había un sitio para tocar en
Lansing (a 120 millas): el Club DooBee, y eso era todo, no había clubs en
Detroit. La gente iba allí, probablemente no sabían ni quienes éramos, iban
solo porque era el club de la new wave. Y nosotros íbamos allí y los
destrozábamos, totalmente. En esa época, los más mayores teníamos 16. Barry y
Andy eran los únicos que podían conducir. Íbamos allí y molestábamos a gente
mucho mayor que nosotros. Nunca nos metíamos en peleas, por alguna razón se
sentían intimidados solo porque éramos muy descarados´
En verano de 1983, Negative Approach hicieron un show
memorable en el Love Hall de Philly y empezaron la escena hardcore de Detroit
con el estímulo de los Necros. Aunque muchos se decepcionaron con Negative
Approach, fue solo por un relativo corto espacio de tiempo, tuvieron el tiempo
de vida perfecto para una banda hardcore. Fueron una intensa explosión y se
fueron, antes de tener tiempo para encogerse. Su guitarra, Rob McCullogh le
contaba al fanzine online Game of the Arseholes en una entrevista del año 2000:
‘Cuando empezamos con Negative Approach era algo marginal.
Algunas cosas de estar en una banda HC en Chicago eran duras, algo que pasaba
realmente rápido. Un montón de nosotros salíamos por el parque de patinaje
Endless Summer y nos gustaba en su mayoría las bandas de California (Black
Flag, Germs, Circle Jerks, etc…) Una vez que salías del parque, sin embargo,
todo parecía un mundo muy hostil. Esto es cuando otros chicos querían patearte
el culo solo porque llevabas un pendiente o el pelo decolorado. Black Flag
vinieron a la ciudad y tocaron en un club local. Los Necros abrieron para ellos
y es fue nuestra introducción a las bandas HC en vivo. Los Necros estaban muy
animados cuando le mencionamos que estábamos en una banda e invitábamos a todos
a tocar en una fiesta que Todd Swalla, el batería, estaba montando en su casa.
Después de eso parecía que toda la escena surgió de la noche a la mañana.
Empezamos tocando en el Freezer Theater en febrero del 82 para unos 15 punks y
para el mes de julio el club era demasiado pequeño para alojar a todos los
chavales que venían cada fin de semana, y ellos estaban allí para ver a todas
esas bandas. Era una escena pequeña con mucho apoyo’.
‘Por esa época Touch and Go era el único fanzine y lo
publicaba Tesco Vee. Corey Rusk decidió grabar algunas bandas locales de
detroit/Toledo y usaba el nombre de Touch and Go. Básicamente, T&G prensaba
1000 discos, quizás obtenías 10 para vender o dárselos a tus amigos, y eso era
todo. No podíamos creer que estábamos consiguiendo hacer discos, y dado el
escaso público de la época nunca se pensó en que fueran coleccionables
posteriormente’
La razón de la banda para separarse reflejaba la sabiduría
de Corey Rusk al mantenerse alejado del estilo de vida punk 24x7. McCullogh lo
explicaba:
‘Me aleje de ello principalmente porque pensaba que estaba
tan involucrado en la escena cada día que estaba quemado. Fue un rollo muy
intenso estar ahí cada día y solo necesitaba un cambio. La verdadera razón por
la que Chris (Moore) y yo abandonamos fue porque leímos un artículo sobre
nuestro 7” que decía algo parecido a ‘buena música, con muchas letras sobre
nosotros odiándoles y ellos odiándonos’ lo cual habíamos sentido nosotros, pero
leerlo lo sacó a la luz, y le hablamos a John (Branon) sobre escribir otro
material. John vivía una vida muy distinta a la de nosotros tres. Nosotros
vivíamos en casa con nuestros padres y John que era un poco más mayor que
nosotros y vivía en Cass Corridor en Detroit con su novia Larissa. Su vida y
sus experiencias era mucho más duras que las nuestras y estaba escribiendo
sobre lo que él conocía en ese tiempo. No se sentía cómodo escribiendo de otra
manera, y empezamos a sentir que las letras tan duras no representaban nuestros
sentimientos. Así que Chris y yo decidimos parar mientras todavía creyésemos en
lo que estábamos haciendo’
La decisión les salvo del destino de los Necros, que
degeneraron en una banda speed metal antes de separarse, aunque la inversión
que Rusk saco con Touch and Go resulto en convertirse en uno de los sellos
indie mejores del país en la última parte de la década. Hizo todos sus tratos
con un apretón de manos, y ofertaba a las bandas mucho mejores condiciones y
royalties que las que hubiesen conseguido sacar a una major. Rusk fichaba
bandas cuya personalidad le gustaba, y construyo una gran estabilidad en bandas
como Die Kreuzen, Butthole Surfers, the Meatmen y Big Black. En un momento dado
de mediados de los 80, Die Kreuzen se acercó a los peces gordos de Profile
Records, un sello predominantemente disco. Rusk incluso fue uno de los que les
puso en contacto, porque esto parecía un buen trato para la banda. La oferta
inicial al teléfono de un disco con completo control artístico sonaba bien, pero
en el momento que tenían que revisar el contrato unos pocos meses después, ya
era por 5 discos con todas las formas concebibles incluidas de fastidiar a la
banda por dinero, y básicamente sin control artístico. Declinando la oferta, uno
de los miembros señaló que había mucho que decir sobre el hecho de poder
conducir hasta Detroit, alojarse con el jefe de tu sello y que su mujer te
cocine la cena, y que realmente te paguen lo que te dijeron que ibas a cobrar.
Steve Albini de Big Black fue un paso más allá y emitió una infame declaración
de lealtad a Rusk y sus amigos, ofreciendo chuparle la polla a cualquiera que
pudiera mostrarle un sello discográfico mejor.
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