La Revuelta en La Granja Margarita. KKSAK 25

 

La Granja Margarita situada en el barrio de las letras madrileño incluía todos los elementos en sus bajos para ser el agujero sucio y sudoroso que buscamos para que se convierta en nuestro lugar de pogo favorito, pequeño y sin escenario donde la audiencia se confundía con las bandas a no ser por que estas llevaban instrumentos.
Sin muchas preguntas por parte del dueño, se le podía plantear con facilidad la celebración de un festival que aceptaría gustoso por muy precaria que fuese la propuesta de los grupos.

Los mejores conciertos dicen los castellonenses Shock Treatment, lugar comodín después de cancelarles un bolo en la Sala carabanchelera sostienen desde Mal Gusto, antro de iniciación para el Capitán Entresijos, un suelo fantástico donde revolcarse para Cerebros Exprimidos o Bad Taste y primeros paseos por las tablas de Aerobitch, todo Face to Face.
Pero a lo que vamos, 3 grupos 3 del underground madrileño se plantan en el garito, plantean el festival y con el visto bueno del manager se plantan un día de marzo del año 95 para dar rienda suelta a los salvajes que llevan dentro, ¡BLOOD IN YOUR FACE!

Desde el entorno de La Revuelta nos explican:
'Buscamos una alternativa a los centros sociales en los que tocábamos, y conociendo a quien llevaba La Granja Margarita y sabiendo que era afín, le planteamos la posibilidad de hacer algo allí a lo que accedió gustoso. Como no podía ser de otro modo completamos cartel con A Degüello y con Tírate al Suelo (con quienes compartíamos local, ocupado por supuesto, en el barrio de Estrecho) que eran un combo guitarra y batería solo instrumental creo recordar.

El set list constaba de nuestra producción propia y algunas versiones en los que no faltaban todos los clichés de la época, hablamos de insumisión, canciones indígenas anti 92, okupación... pocas cosas se dejaban en el tintero a la hora de hacer letras, de su calidad mejor no hablar. Hasta nos intercambiábamos los instrumentos en una versión de Stooges vía Parálisis Permanente, y no mermaba para bien su interpretación comparada con el resto de las canciones, versatilidad teníamos toda. Para acabar nos las dábamos de irreverentes destrozando 'Pero que público más tonto tengo' de Kaka de Luxe y deberíamos habernos preguntado en ese tiempo si los verdaderos estúpidos no seríamos nosotros... Patético.


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